viernes, 16 de diciembre de 2011

CELAC: nueva idea americana para enfrentar a la crisis mundial

Lo que antes sorprendía ahora se ha transformado en una foto habitual de la realidad política de nuestro continente: otro organismo común alumbró su nacimiento, sin presencia de la Casa Blanca, para enfrentar con políticas activas al tembladeral mundial provocado por la crisis financiera.
Esta vez en Caracas no sólo se juntaron los países del Mercosur o de Sudamérica, esta vez los países del Caribe también forman parte de la CELAC, cuya sigla significa Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe. De esta manera se creó una organización que constituye uno de los emprendimientos regionales más importantes de nuestro continente, que cuenta solamente con las ausencias de Estados Unidos y Canadá.
La ausencia de los americanos del Norte es claramente un signo de los tiempos que estamos viviendo en esta parte del Mundo. Cada herramienta que se crea para unir los destinos de los países de nuestra región, es una palada más en el entierro de la lógica de la guerra fría, que tenía como principal consigna la profunda dependencia política y económica de Estados Unidos.
Es verdad que la administración de Obama tiene otros frentes de batalla abiertos en el Mundo y que América Latina es un problema menor, pero convengamos que si nos remontamos apenas a una década atrás, semejante emprendimiento como el que estamos analizando era más una excepción que una regla.
Lo que también parecía casi una utopía era pensar que el pedido de políticas inclusivas iba a tener un eco real en los 33 países que integran la CELAC. El crecimiento económico de la región en los últimos tiempos trajo como consecuencia la mejora en la vida de los más desprotegidos. Si bien es verdad que estamos a años luz de terminar con la pobreza, son varios los países que han logrado disminuir los bolsones de miseria que los azotaron a lo largo de su historia.
Como será de llamativo este nuevo emprendimiento, que juntará en la jefatura a presidentes de distintas ideologías, ya que en principio la CELAC será conducida por Hugo Chávez y Sebastián Piñera, primeros anfitriones de los encuentros. Es más, el mandatario chileno le entregará el mando cuando finalice su período a Fidel Castro.
No será fácil articular una organización que debe armonizar los intereses de países superpoblados como Brasil con otros que no llegan a los dos millones de habitantes. Pero la necesidad de enfrentar unidos a un futuro mundial incierto y con pronósticos sombríos, impulsa a los líderes regionales a olvidar dogmatismos y diferencias y a pensar que la supervivencia de cada país depende del bien común.

martes, 15 de noviembre de 2011

Las recetas del FMI tumbaron a Berlusconi

Un fantasma recorre Europa y no es aquel con el que soñaba Carlos Marx sino uno que se parece más a una pesadilla: el ajuste fiscal y sus consecuencias en la vida de quienes habitan los países afectados.
La crisis no respeta tamaño ni economías: a Grecia y a Irlanda le siguieron Portugal y España y ahora es el turno de Italia. Tan grande es la crisis italiana que lo que no lograron los escándalos sexuales lo consiguieron los problemas económicos: la caída de Berlusconi.
Lo complicado del caso es que Berlusconi no fue en contra de las recetas de ajuste del FMI sino que, por el contrario, se decidió a aplicarlas con todo el rigor del caso, pero los mercados no aceptaron a un primer ministro que ya venía muy desgastado y que se quedó sin margen para aplicar un ajuste que precisa mano de hierro y ancha espalda política.
Ahora es el turno de Mario Monti, un tecnócrata que presume de no pertenecer a ningún partido. Este nuevo funcionario viene a aplicar sus recetas como si fuera el médico salvador que solucionará los males italianos con nuevos ajustes que si bien afectarán la vida cotidiana de los habitantes de la península, prometen un futuro mejor. Pero esto que parece una solución innovadora, para los argentinos es una receta vieja y fracasada. En los 90, el neoliberalismo argentino basaba su prédica en un supuesto saber técnico que nos iba llevar al primer mundo. La historia terminó con la peor crisis económica de 1810 a la fecha.
Al pueblo italiano le aguarda un futuro cercano donde la aplicación de los ajustes ocasionará que su economía crezca cada vez menos y que el desempleo se incremente cada vez más, aunque seguramente estas noticias serán silenciadas por gran parte de la prensa occidental que suele ser cómplice de los poderosos del mundo.
Pese a esto, no debemos olvidar que Italia no es ni Grecia ni Portugal. Aunque sean todos parte de la Unión Europea, Italia es todavía la octava economía mundial y un colapso económico significaría el irremediable fin de la zona euro. Y si cae Italia habrá que prepararse también para el futuro colapso de Francia.
A esta altura del partido los cambios políticos que concluyeron con las salidas de los primeros ministros de Grecia e Italia parecen más manotazos de ahogado que soluciones duraderas. Más que pensar en planes de ajuste, los líderes europeos deberían investigar como les fue a los otros países que aplicaron las recetas que ellos defienden. Si la respuesta a la crisis es poner a tecnócratas al mando de los gobiernos, la idea de una solución que afecte lo menos posible la vida de los pueblos, se torna en una ilusión más cercana a la fantasía que a la realidad.

viernes, 14 de octubre de 2011

Wall Street: calle tomada

Entre los paisajes impensados que nos presenta la crisis económica mundial, hay uno que no deja de sorprender y de generar polémica: la creciente presencia de indignados en Estados Unidos que ocupan las calles y plazas aledañas a Wall Street, centro económico y financiero del capitalismo globalizado.
La primavera árabe y la crisis europea nos acostumbraron a la existencia de movimientos sociales que no se resignan a aceptar los ajustes económicos que proponen los gobiernos para enfrentar la debacle que ellos mismos provocaron, pero pocos imaginaban que esta modalidad de protesta se extendería como un reguero de pólvora por el territorio del país más poderosos del planeta.
Es que los ocupantes se hicieron fuertes en Nueva York pero ya se expandieron a casi 60 ciudades de Estados Unidos, por lo que el problema ya no pudo ser ignorado por los medios de comunicación yanquis, siempre reacios a dar luz a cualquier cuestionamiento del sistema imperante.
La creciente desocupación y la enorme masa de pobres que se incrementan sin pausa, motorizan una protesta que rechaza la especulación financiera que provocó la crisis de las subprime, cuestiona la creciente desigualdad y quiere que el empleo no siga cayendo. Pero estos postulados, obvios y de sentido común, son rechazados por los más ricos de Norteamérica, que no quieren resignar ni un centavo de sus fabulosas ganancias.
La estrategia de los sectores poderosos es clara: evitan hablar de sus privilegios y tratan de descalificar a sus opositores a quienes tildan de antinorteamericanos, por no aceptar que tradicionalmente en Estados Unidos los intereses económicos de los ricos son defendidos por todos los gobiernos. Así, que los millonarios norteamericanos se lleven las ganancias del sistema y que el resto de la población pague los costos, es algo normal y que no debe ser modificado por ningún político.
Ante esta realidad se abre una oportunidad para el presidente Obama. El mandatario puede aprovechar la ola de protesta para imponer algún tipo de reforma impositiva que equilibre un poco los tantos. No es tarea fácil, ya que la sociedad yanqui es tan conservadora que cualquier político que quiera modificar un poco la situación enseguida es calificado de comunista o de nazi. Además el escenario político es complejo ya que a la crisis económica se le suma el intento reeleccionista de Obama y la creciente derechización del electorado que encarna el Tea Party.
El futuro próximo dirá si la reacción de la Casa Blanca buscará solucionar el problema o dejará librado el tema de la ocupación de las calles a las policías de los distintos estados.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Chile: el fracaso del sistema educativo neoliberal

La caída en picada del sistema educativo de Chile nos ha traído una vez más el testimonio del daño que ha causado a toda América latina la aplicación del modelo neoliberal en todos los ámbitos de nuestras sociedades. Tanto la política, la economía y la educación chilena han sido puestas siempre de ejemplo a seguir por los ¨idiotas latinoamericanos¨ que no entendíamos como se gestionaba un país.
Por eso ahora todos los propagandistas del sistema chileno se quedaron sin palabras o intentan analizar el problema chileno como un problema gremial, cuando en realidad se trata del fracaso de un modo de entender la educación. El modelo educativo del país trasandino está basado en la privatización y en el arancelamiento de todos sus niveles. Para acceder a la mejor educación tanto en primaria, secundaria o universidad, hay que pagar, y el que no tiene con que, se tiene que conformar con una escuela pública vaciada de calidad y reservada para los pobres. La otra opción es pedir créditos que endeudan a las familias chilenas casi de por vida.
Está claro que el Estado chileno está ausente con aviso y según el presidente Piñera, no planea hacerse cargo de reformar el sistema. Para el actual gobierno de Chile las cosas están bien así, lo que arroja el intento de diálogo con los estudiantes al rincón de las cosas inútiles. Por eso está claro que el cambio deberá venir de la lucha popular y de la concientización del pueblo chileno.
Por supuesto que las entidades educativas internacionales que antes alababan al sistema educativo chileno ahora prefieren no opinar de la situación. Quedó claro su escaso rigor académico a la hora de elaborar sus estudios y el fondo ideológico que escondían sus alabanzas. Sus estudiosos nunca se tomaron el trabajo de acercarse a las universidades argentinas a preguntar porque tantos chilenos prefieren estudiar en la Argentina si las instituciones chilenas son tan buenas.
Las demandas de los estudiantes no recibirán pronta respuesta. El sistema educativo neoliberal no caerá de la noche a la mañana y no querrá entregar sus privilegios. El tema saldrá de la agenda de los grandes medios y se hablará de otra cosa, pero los jóvenes chilenos tendrán que ser constantes en sus objetivos y recordar que la única lucha que se pierde es la que se abandona.

martes, 6 de septiembre de 2011

Kadafy: de aliado a piedra en el zapato

En 40 años años de reinado fueron cambiantes las relaciones entre Muammar Kadafi y los líderes del poder Occidental. En los últimos años, el perfil de líder duro de un país rebelde se había diluido gracias a los pactos comerciales firmados con países europeos como Italia y Francia. Nadie en la prensa de los países desarrollados se preguntaba sobre la legitimidad del poder libio ni tildaba a Kadafi de dictador, mucho menos se hablaba de la concentración de dinero y poder que habían logrado sus hijos.
Sin embargo la sed del petróleo y la ambición de dominar su comercio sin trabas fue mayor . No sólo las empresas petroleras norteamericanas desean un control de los recursos libios sin control, también hay empresas de capital europeo que ambicionan explotar el producto del subsuelo de Libia. El perfil cambiante de Kadafi nunca terminó de convencer a los capitalistas del petróleo que pactaron con él más por necesidad que por convicción. Pero la llamada ¨Primavera Arabe¨ les dio la oportunidad perfecta de sacarse de encima a un líder imprevisible y molesto para sus intereses.
Por ahora todos los analistas se dedican a analizar el fin de la era Kadafi, pero pocos se detienen a intentar vislumbrar el futuro de Libia. Además pasan por alto la composición de las fuerzas rebeldes que pueden esconder en sus pliegues a militantes de Al Qaeda que el día de mañana pueden darle un fuerte dolor de cabeza a las fuerzas de ocupación o a un futuro gobierno libio. Pero por ahora los magnates petroleros se relamen con la conquista de un país tan rico en hidrocarburos. Tan optimistas son que el precio del barril estuvo en baja cuando se vislumbró el fin del poder de Kadafi. Poco importó que un país tan importante en la provisión de un fluido tan vital para el funcionamiento del mundo tenga su exportación paralizada por el conflicto. Libia tiene una de las mayores reservas petroleras del mundo, la mayor de Africa y sabemos que los intereses que responden a este negocio les gusta tener, como diría Tita, la sartén por el mango y el mango también. Una lección que el resto de los países del planeta no deben olvidar si aprecian su supervivencia

lunes, 22 de agosto de 2011

La ola de indignados en Israel

A esta altura del partido está claro que este movimiento de protesta casi global contra las condiciones de vida no es un fenómeno europeo: basta con ver lo que pasa en Israel para darse cuenta que más allá de los resultados finales la protesta va en serio.
Pero si bien los indignados parecen un fenómeno mundial en Israel tiene sus particularidades. El encarecimiento de las materias primas alimenticias empujó al alza los precios y encareció notoriamente el costo de vida tanto de los sectores populares como de las clases medias que también ven complicadas sus economías. Todo esto lo sufren los israelíes, al igual que el resto del planeta, pero el problema no queda allí.
Es que muchos ciudadanos ven que la tierra prometida ya no es tal. La solidez y efectividad política y social que hasta acá eran marcas de fábrica del joven estado judío, tambalea y se ve cuestionada por los mismos habitantes que antes la avalaban. El neoliberalismo que azota al Mundo también hizo playa en Israel y, como bien sabemos los argentinos, este tipo de sistema económico destruye los lazos sociales y arroja a las personas a la jungla donde sobrevive el más fuerte.
Israel vio la luz como un estado solidario donde todos se sacrificaban en beneficio de una comunidad que debía luchar día a día para sobrevivir. Si bien ahora la existencia del Estado no está en cuestión, este sentido de pueblo va en camino de desaparecer, ya que una característica saliente de la economía israelí actual es la concentración de la riqueza en pocas manos, lo que destruye cualquier idea de ciudadanía organizada.
Quienes acampan en las principales ciudades del país y motorizan protestas masivas sienten que el Estado ya no les garantiza lo básico: vivienda y comida para todos. Están aprendiendo a pasos acelerados, lo que los latinoamericanos ya conocemos por experiencia propia. Israel tiene una historia de país organizado que logró sobrevivir gracias al esfuerzo común, por eso este sálvese quien pueda que propone esta fase del capitalismo los deja golpeados y desorientados, pero convencidos de que deben luchar para no perder lo que lograron.
Ahora el gobierno del premier Netanyahu enfrenta un problema que difícilmente se solucione con medidas coyunturales. El problema es más profundo y no se soluciona con un paquete de medidas económicas. Los israelíes no se conformarán con la baja en el precio de los alimentos y de los alquileres. Lo que exigen es que el estado de bienestar que los cobija reviva y que no avale la creciente desigualdad que violenta los principios sociales que fundaron el estado de Israel en 1948.

miércoles, 20 de julio de 2011

Crónica de los ajustes en Occidente

A veces las voces que se dedican a analizar la escritura periodística dicen que las formas de hacer periodismo ya están todas inventadas, que son siempre iguales y que lo único que cambian son los temas. Pero la realidad se empeña siempre en desautorizar a los expertos. Es así que la crisis económica en Occidente está alumbrando un género inédito: las crónicas de las caídas de los países que antes eran los ejemplos a seguir por todo el mundo.
No se trata del caso aislado de un país, sino de la debacle de las economías de varios integrantes de la Unión Europea que podría culminar con el default del gigante mundial: Estados Unidos. Y no se trata de simples números ni de las cifras de las balanzas comerciales. Son las vidas de miles de europeos que están al borde del precipicio.
El problema es que los europeos no aciertan con el remedio y eligen la peor medicina: el ajuste económico, esa fórmula que los argentinos conocemos como si la hubiésemos diseñado. Pero ahora quienes siempre vieron estas recetas como algo ajeno ahora las sufren en carne propia.
La crisis abarca toda la geografía europea. En la Península Ibérica los dos países que la componen tiemblan ante las noticias económicas. Portugal ya dispuso dejar en la calles y sin planes sociales a unos 100 mil trabajadores, que engrosarán un índice de desocupación que ya roza el 13%. La economía se contraerá más por la cantidad de gente que pasará a consumir lo justo y necesario. En España las principales empresas ya acordaron con el gobierno socialista dejar en la calles a miles de trabajadores que pasarán de ganar buenos sueldos a vivir de la ayuda social.
Si nos mudamos a las islas británicas nos encontramos con Irlanda, paradigma de algunos políticos argentinos que hace un año criticaban a la Presidenta argentina por no seguir la conducta económica irlandesa. Ahora los bonos de ese país fueron calificados de basura por las calificadoras de riesgo y todos los expertos prevén perspectivas negativas.
En Italia, Berlusconi tuvo que dejar de lado sus líos de polleras para preparar un plan de ajuste para que los mercados no se ensañen con la economía italiana. La oposición insiste en pedir la renuncia del primer ministro italiano que por ahora domina la situación. Sobre Grecia no nos vamos a extender demasiado porque es el tema que más abunda en los medios, pero ya son varias las idas y vueltas para saber si la salvan o la terminan de empujar al mar Egeo.
La frutilla del postre es Estados Unidos, que siempre estuvo lejos de cualquier crisis gracias a su c
ondición de primera potencia mundial, ahora empeora sus datos económicos día a día. . Si bien por ahora no va a perder ese sitial de país líder, la oposición se niega a aprobar las medidas económica s que propone Obama, lo que puede ocasionar que la economía norteamericana entre en default. Si el país más desarrollado sufre semejante traspié, es difícil adivinar cual puede ser el futuro del resto del mundo.

viernes, 24 de junio de 2011

El triunfo de Humala abre expectativas de cambio en Perú

La posibilidad de un retorno de Fujimori ya es parte de un mal sueño. Ollanta Humala ganó pese a la oposición de los medios peruanos y ya se prueba el traje y la banda presidencial roja y blanca.
Durante la campaña electoral no fueron pocas las cosas que se dijeron del ahora presidente electo de Perú: que era de la izquierda chavista, que lo condenaba su pasado como represor de la guerrilla de Sendero y que iba a nacionalizar todas las empresas. Pero lo cierto es que sea cual sea la voluntad del nuevo presidente, la realidad de su país le pone límites difíciles de traspasar.
Perú es un país claramente enrolado en la corrientes económicas neoliberales que todavía quedan en nuestro continente. Si bien sus índices económicos marcan un crecimiento económico constante y una baja inflación, casi el 30% de la población se queda afuera de los beneficios. Su economía es precaria a nivel laboral y su producción está basada en la producción primaria que encarna el negocio de la minería. Además los numerosos tratados de libre comercio que tiene firmados le impiden impulsar algún tipo de política de desarrollo industrial.
Frente a este panorama, los primeros pasos de Humala apuntan a insertar a la economía de su país dentro del Mercosur. Aunque no puede ingresar al mercado común del que la Argentina forma parte porque los tratados de libre comercio se lo impiden, puede incrementar las relaciones de intercambio comercial con el bloque.
Por otro lado, si bien la posibilidad de nacionalizar las empresas que manejan los recursos energéticos pareció más una chicana electoral que un proyecto realizable, Humala tiene la posibilidad de aumentar la presión tributaria sobre estos sectores, lo que podría otorgarle fondos para encarar el combate contra la pobreza que esgrimió en durante la campaña electoral como su principal objetivo.
A nivel político, el país que deja Alan García tiene como gran aliado a los Estados Unidos en un grado muy parecido al que tiene Colombia. Esto lo marca el permiso otorgado a la renacida Cuarta Flota norteamericana para que atraque en los puertos peruanos. Si bien un cambio de eje amparado en la ayuda de Chávez no es muy probable, lo que sí es evidente que Perú buscará mejorar la relación con Brasil para no depender tanto de la Casa Blanca.
Las expectativas son grandes aunque las posibilidades de realizar algo distinto no sean muchas, pero Ollanta Humala deberá mirar a los otros presidentes de la misma región, que enfrentaron a condiciones políticas y económicas adversas y que pese a las dificultades igual salieron adelante sin olvidarse de su pueblo.

lunes, 16 de mayo de 2011

Bin Laden: ¿Se hizo justicia?

Las balas de los comandos norteamericanos que mataron a Bin Laden no sólo pusieron final a la vida del hombre más buscado del mundo: también aniquilaron la posibilidad de la existencia de una Justicia universal confiable y equitativa.
La acción ordenada por el Presidente de la mayor potencia mundial demuestra que las necesidades políticas de la Casa Blanca son más importantes que los principios que la mayor democracia de Occidente dice defender.
La realización de un juicio justo, la posibilidad de una defensa legal y la condena de un tribunal imparcial, que tanto nos suele vender la industria culturar norteamericana como esencia del alma occidental, estuvieron ausentes de la operación militar que puso fin a la vida de Bin Laden.
A nivel internacional también son varios los derechos vulnerados. El primero, y tal vez más importante, es el principio de soberanía nacional. Los Seals yanquis entraron sin permiso en suelo pakistaní y no pidieron autorización a las autoridades de ese país. Esto conlleva la violación de otra prerrogativa que es la no injerencia en los asuntos de otro estado soberano.
A esto podemos sumar otros agravantes: que la decisión haya sido tomada por un premio Nobel de la Paz Barak Obama, y que el Tribunal Penal Internacional de la Haya, organismo supranacional creado para tratar las violaciones a las leyes internacionales, haya quedado dibujado como una postal decorativa.
Si todo lo que se dijo desde 2001 hasta hoy sobre Bin Laden fuera verdad, su captura con vida hubiera sido una imperdible oportunidad de juzgar y castigar todos los crímenes supuestamente cometidos por el empresario árabe. Su oscuro asesinato, en cambio, agrega interrogantes sobre la actividad de Al Qaeda y pone al idealismo de creer en una justicia universal en la categoría de utopía.
En el presente, todo es ganancia para Estados Unidos: Barack Obama subió su imagen y se encamina derecho a su reelección. Su autoridad se vio reforzada y avalada por parte de su pueblo que festejó en las calles la muerta de su enemigo. Pero a futuro, todas las naciones que adquieran algún grado de poder mundial podrían intentar resolver sus conflictos por medio de la violencia, apelando al concepto de seguridad nacional por sobre el de justicia, una postura que nos pone de cara a un mundo peor y más inseguro.

martes, 19 de abril de 2011

La trata de mujeres no tiene freno en América

Gracias a la incansable acción de los grupos de derechos humanos que luchan contra toda forma de violencia de género, el tema de la trata de mujeres y el femicidio ahora forma parte de la agenda periodística. Pero este avance no significa que los estados americanos hayan adoptado políticas para combatir este flagelo que se ensaña particularmente con las clases más desposeídas.
Por el contrario, los datos que manejan los estudiosos del tema señalan que alrededor de 100 mil mujeres y niñas son víctimas de la trata de personas si sumamos los datos de Sudamérica con los países del Caribe. Las víctimas son sometidas a la explotación sexual tanto en sus países de origen como en otros del mismo continente.
Por supuesto que para que semejante negocio prospere existe una connivencia entre los delincuentes que llevan adelante esta explotación con las autoridades que deberían combatirlo, empezando por las policías de los distintos países que miran para otro lado o que directamente son cómplices en los delitos que derivan de esta actividad.
Es así como muchas mujeres que son detenidas veces por dedicarse a la prostitución son penalizadas o chantajeadas por ejercer esta actividad pero generalmente no se las interroga sobre cual fue la forma en que llegaron a esta situación y mucho menos quien las introdujo en este mundo.
Pero el fenómeno no sólo abarca a América latina sino que llega a también a Estados Unidos. En Nueva York, cientos de mujeres son recibidas por los servicios sociales de la ciudad que las rescatan de las redes de trata. La mayoría son mexicanas. Según el FBI alrededor de 17 mil mujeres y niñas llegan anualmente a Estados Unidos para ser explotadas por las redes de prostitución que trabajan en suelo norteamericano.
La ONU hace rato que tiene identificado el problema y ya ordenó a sus estados miembros que establezcan políticas para prevenir y erradicar un mal que afecta principalmente a las mujeres más pobres, acentuando así la desigualdad de derechos. Sin embargo la complicidad de muchos estamentos estatales y la complejidad del problema, dificulta una política duradera de combate a un mal que siempre permanecerá vigente mientras no se erradiquen ciertas pautas culturales que justifican el machismo y el sometimiento de la mujer. Porque la trata de mujeres, además de un delito, es una forma de discriminación y de violencia de género.

domingo, 20 de marzo de 2011

Estados Unidos busca quedarse con el petróleo libio

La ola de rebeldía finalmente se expandió por Medio Oriente y llegó hasta el norte de Africa , más precisamente hasta Libia, país liderado desde hace décadas por la mano férrea de Muammar Kadafy. Las potencias occidentales y sus medios de prensa resaltan todos los defectos del gobierno libio, iluminando las zonas oscuras que esos mismos medios antes ocultaban. Es que hasta ese momento el status quo de la zona no afectaba los intereses petroleros tan celosamente vigilados por Estados Unidos.
Pero ahora, la crisis provocada por el anquilosamiento de las estructuras de poder en los países árabes y por el aumento en el precio de los alimentos, le abrió una posibilidad inesperada de intervención a la Casa Blanca, que sueña con meter mano al crudo que tan generosamente fluye de las entrañas libias.
Para eso está en marcha una fuerte ofensiva diplomática y militar que cuenta con la inestimable colaboración de los medios de comunicación. La operación consiste en demonizar a Kadafy y apoyar a los insurgentes en su batalla contra el gobierno. De esta manera, se crea un ambiente de caos que genera un pedido mundial de intervención de alguna autoridad extra zonal que restablezca el orden.
Sin embargo, ese orden no sería cualquier orden, sino el que establezca Estados Unidos, que es quien dirigirá la operación si es que se concreta. Tanto en forma directa como detrás de una intervención multinacional, la mano de Washington buscará socavar la soberanía del país africano para disponer de sus reservas petroleras.
Pese a estas intenciones, Kadafy tiene algunos recursos para defenderse. Su poderío militar es mayor al de los insurgentes. Además buscará escarbar en la conciencia sucia occidental recordando que tiene intereses y acuerdos financieros con varios de esos países que ahora buscan destituirlo. Libia tiene numerosos pactos en los sectores petroleros, gasíferos y comerciales con varios países europeos que no cuestionaron su política interna al momento de firmarlos.
Los bancos suizos no rechazaron el dinero libio como tampoco lo hicieron cuando el que depositaba su dinero era el ahora depuesto líder egipcio Hosni Mubarak. Las empresas españolas, italianas y norteamericanas no bloquearon las inversiones que venían de Libia. Pero los vientos cambiaron y ahora el botín buscado son los recursos energéticos, que son los que deciden siempre el rumbo de la política exterior norteamericana. Si de oro negro se trata el aliado de hoy puede ser el enemigo de mañana. Una lección que ningún líder mundial pueden dejar de aprender.

martes, 15 de febrero de 2011

De golpe, Occidente descubrió dictaduras en Medio Oriente

Por los medios de todo el mundo vivimos el día a día de la crisis egipcia que terminó con la salida de Mubarak, también vimos que esta rebelión afectó a otros países árabes de la región, pero lo que quedó oculto en las pantallas de TV es el papel de Occidente como soporte de estos gobiernos que repentinamente recibieron la crítica generalizada de todo el planeta.
Los gobiernos de las principales potencias mundiales, comandadas por Estados Unidos, sostenían hasta hace poco que países como Egipto o Túnez eran gobierno amigos y ¨moderados¨. El dedo acusador pasaba de largo frente a ellos y prefería señalar a Irán o a Irak, gobiernos que constituían el eje del mal y a los que se consideraban culpables directos del terrorismo mundial en todas sus variantes. Ya sabemos como terminó Irak y el futuro de Irán todavía está por verse.
Pero esta conmoción, que se multiplicó como reguero de pólvora por Egipto, Túnez, Yemen, Argelia y Arabia Saudita, sacó a la superficie una situación social explosiva signada por años de represión y de miseria para la mayoría de los pueblos de estos países. Una mano dura cotidiana reprimía en Egipto a una población que vivía con índices de pobreza y desocupación altísimos. La situación en los otros países mencionados no era muy distinta.
Este velo informativo y diplomático, que costó tantas décadas y tanta sangre levantar, fue posible porque Mubarak jugaba un papel importantísimo en la estrategia de la Casa Blanca en la región. Egipto logró que Israel se consolidara como estado y le garantizó a Estados Unidos cierta estabilidad en una región famosa por su riqueza energética. El resto de los países de la OTAN también tienen intereses en la región y lejos estuvieron de cuestionar el modo en que Mubarak mantenía la paz social. No les importó que fuera la tranquilidad de los cementerios.
Si vamos a buscar a los archivos de los medios de comunicación occidentales no hallaremos la palabra dictadura para calificar a estos gobiernos. El periodismo no nos contó nunca como hizo Mubarak para mantenerse en el poder 30 años en el gobierno. Recién ahora logramos enterarnos de los grados de corrupción y de miseria imperante.
En América latina sabemos muy bien que los intereses de Washington están por encima de cualquier consideración ética y moral. La gran democracia de Occidente respaldó y propició la instalación de las dictaduras que nos masacraron en los 70 porque eran funcionales a la estrategia seguida por los yanquis en la Guerra Fría. Algo parecido pasó en Medio Oriente y seguiría pasando si los egipcios y el resto de los pueblos árabes no se hubiesen cansado de tanta miseria y represión.
Ahora se abre una etapa interesantísima en Medio Oriente. Por un lado tendremos a Occidente que buscará que los cambios que se vienen tanto en Egipto como en Túnez no modifiquen el status quo vigente. Por el otro, tendremos a los pueblos que acaban de descubrir que su destino puede estar en sus manos, pero que deberán buscar encauzar su lucha para que esta oportunidad que se les abre para mejorar sus vidas no termine en una dolorosa derrota.