sábado, 14 de abril de 2012

Obama y otro intento de intervención en nuestro continente

Desde la llegada de los Bush a la Casa Blanca, el foco de intervención militar norteamericano se alejó de nuestras costas. Las dos excursiones al Golfo Pérsico y la intervención en Afganistán hicieron pensar a muchos analistas que el peligro bélico estaba lejos de nuestro continente. Sin embargo, algunas sombras se levantaron y ya planean sobre nuestro cielo.


Primero fue la reactivación de la histórica Cuarto Flota, que ya está disponible para surcar nuestros mares. Y ahora es la Junta Interamericana de Defensa la que propone la creación de una fuerza de intervención militar rápida que ayude en caso de catástrofe natural.

Pero la excusa de la ayuda humanitaria enmascara las cláusulas polémicas de este plan, ya que la propuesta de la Inter American Defense Board dispone que la intervención militar se realice en forma independiente a las autoridades civiles del país damnificado. Además esta supuesta fuerza interamericana no será igualitaria: sabemos por experiencia propia que la balanza se inclina siempre para el lado del más poderoso, que es, a su vez, el principal proveedor de casi todos los ejércitos americanos.

El proyecto que deberán tratar los ministros de Defensa de los países que integran la OEA el próximo octubre, propone la creación de dos organismos: uno que coordinaría la intervención y el otro que acopiaría la información necesaria. De esta manera datos estratégicos, fundamentales para la defensa, estarían en manos del Pentágono que podría disponer de ellos si mañana decide apropiarse de recursos naturales que escasean en el resto del mundo como son el agua y el petróleo.

Además no están claros los criterios de intervención lo que plantea varios interrogantes. No se sabe quien ni como se decidirá intervenir ni bajo que criterios se decidirá una retirada. También se desconoce cual será la conducta a seguir si el país damnificado no acepta la ayuda.

Frente a esto los países de América latina debemos unirnos en el rechazo. El antecedente del rechazo al ALCA en 2005 debe servir como guía y como muestra de que unidos podemos frenar este intento. Sabemos que individualmente ningún país tiene nada que hacer frente al poderío militar yanki pero juntos podremos frustrar este intento solapado de manotear recursos ajenos.