sábado, 28 de marzo de 2009

Obama aflojó el cerco en torno a Cuba

Si bien los cambios son tímidos y no modifican la situación de fondo, es decir el
bloqueo está lejos de desaparecer, el nuevo presidente de Estados Unidos, Barack
Obama, decidió introducir algunos cambios que alivian y descomprimen la relación
con Cuba.
Por supuesto que el lobby de los cubanos exiliados residentes en Miami no
desapareció y sigue vigente, pero la nueva administración demócrata parece que llegó al
poder con una política diferente a la de su antecesora republicana, y para llevar a cabo
sus planes hizo algunas concesiones impensadas meses atrás. Gracias a esto, las remesas
que envían los cubanos residentes en Estados Unidos a sus familiares que viven en
en la isla tendrán menos trabas, y los ciudadanos norteamericanos podrán viajar más
seguido al país de Fidel.
No es la bondad ni la autocrítica lo que provoca estos cambios en la política
Norteamericana, sino que la intención de Obama es fortalecer su vínculo con Brasil
para que garantice la estabilidad de América latina, teniendo en cuenta que tendrá temas
más importantes que resolver ya Bush le dejó de herencia las guerras en Medio Oriente,
que están muy lejos de algún tipo de resolución, y las consecuencias de la crisis
financiera mundial que no perdona a ningún rincón del planeta.
Es por todo esto que Lula fue el primer presidente de Sudamérica recibido por su
par norteamericano y en la charla que ambos sostuvieron, el mandatario brasileño
demandó un trato menos agresivo para los gobiernos que son mal mirados por la Casa
Blanca: Cuba, Venezuela y Bolivia.

El próximo paso de la diplomacia brasileña es lograr que Cuba sea readmitida en
la OEA, pero al respecto todavía no hay señales sobre si este punto será aceptado o no.
Raúl Castro ha retocado recientemente su gabinete, desbancando a dirigentes que eran
considerados importante para el gobierno, como el ex Canciller Pérez Roque, pero
todavía no se vislumbra si estos cambios políticos traerán aparejados cambios
económicos o sociales

Es aventurado pronosticar si Obama seguirá en esta senda de cambios que hagan
más ¨amigable¨ la relación de Estados Unidos con el hemisferio sur del
continente , pero es evidente que se abre una nueva oportunidad para mejorar la
situación política de nuestro continente que no debe ser desaprovechada. Las crisis,
además de penas, ofrecen muchas veces posibilidades inéditas de transformar la
realidad.