martes, 17 de febrero de 2015

ECHELON: la red de espionaje mundial

En el marco del curso acelerado de aprendizaje sobre espionaje que vivimos los argentinos durante el verano, sería bueno no perder de vista quien dirige y organiza la red de escuchas más importante del mundo: Estados Unidos.
            El avance de la tecnología y la ciencia pasó al rincón de las series de tv a los espías al estilo James Bond: si bien siguen existiendo los agentes tradicionales, el espionaje mundial se basa en las escuchas de las comunicaciones mundiales. Para esto, Estados Unidos conformó la red mundial Echelon, que cuenta con la colaboración de los aliados occidentales que cedieron tierras para la instalación de bases en distintos países. A cambio de esta cesión o arriendo, los norteamericanos proporcionan información que se desprende de las escuchas. Es decir que no sólo espían sino que además deciden cuánta y que tipo de  información les suministran a sus amigos.
            Para el funcionamiento de Echelon ya no se utilizan agentes armados sino jóvenes y gente de mediana edad con conocimientos de computación que cumplen su labor como si trabajaran en cualquier oficina. La diferencia es que deben comprometerse a no divulgar nada de lo que escuchan. Por supuesto que ya existieron quebrados, que provocaron las grietas que nos permiten conocer estos mecanismos.
             Las bases cuentan con antenas orientadas para captar toda la información que pasa por los satélites y tienen también terminales de computadoras que se dedican a pinchar la fibra óptica por la que circula la información que corre por Internet. No hay comunicación artificial libre de las escuchas.
            Los mandatarios de todos los países están anoticiados de todo esto y ya hubo roces por la divulgación de información. La presidenta alemana Angela Merkel ya tuvo cruces con Obama por ese tema y Dilma Rousseff  suspendió una visita a Estados Unidos y cambió de proveedor de aviones de combate cuando supo que fue espiada por los servicios norteamericanos.

            Echelon no es un tema habitual en la agenda mediática. Pero su presencia y su trabajo es permanente. Estados Unidos maneja el flujo de información mundial  y tiene acceso a secretos que hacen vulnerables al resto de los países. Habrá que aguzar el ingenio para que esta intromisión no viole la soberanía de los pueblos y ponga en peligro el derecho a la privacidad de los habitantes.