miércoles, 17 de agosto de 2022

¿Se viene una guerra made in Taiwán?

 

En este mundo hiperconectado, cualquier conflicto importante incide en la vida de todos los habitantes y en especial a los que vivimos en los países emergentes. Está sucediendo en el conflicto entre Rusia y Ucrania y la cosa podría empeorar, si el entredicho entre Estados Unidos y China por Taiwan pasa a mayores, cosa que es muy probable que sucede en el mediano y largo plazo.

                La visita de la presidenta de la Cámara de Representantes norteamericana a Taiwan, desató una escalada de ejercicios militares, que solo tuvo un freno temporal. La presencia de Nancy Pelosi en la isla que China reclama para sí y que está dispuesta a recuperar tarde o temprano como sea, fue tomada como un desafío por parte de la principal potencia económica mundial.

                Es que China considera como un objetivo irrenunciable la reunificación de su país y es Taiwan la única pieza importante que le falta. Así como los argentinos no renunciaríamos nunca a recuperar las Malvinas, está en la mente de toda la dirigencia china recuperar el archipiélago oriental, con la diferencia que ellos están cerca de tener los medios para lograrlo.

                Claramente Estados Unidos mandó un mensaje de sencilla lectura: no permitirá que China siga creciendo. Y si no se llegó a un conflicto bélico ahora, es porque los chinos no se sienten todavía con el poderío suficiente para encarar una guerra con posibilidades de triunfo, pero van en camino a eso.

                Este mundo basado en la tecnología sufriría fuertemente con este probable conflicto, ya que Taiwan es el principal fabricante de los conductores que conforman el hardware de los sistemas informáticos. Si bien tanto Estados Unidos como China ya se lanzaron a generar alternativas para esto, la complejidad de la industria hace que todavía ambas potencias estén lejos de lograr ese objetivo.

                El siglo XXI nos trae estas dificultades   que descartan un mundo de paz y prosperidad. Por el contrario, este mundo multilateral va en camino a generar distintos conflictos de intereses que alimentarán los complejos militares de todas las potencias y que alejarán el sueño de un planeta pacífico y sustentable.

domingo, 26 de junio de 2022

Colombia confirma un escenario progresista para América latina

 

El triunfo de Gustavo Petro en Colombia, confirma un escenario con gobiernos mayoritariamente progresistas en América latina, que se coronaría más cerca de fin de año con el posible triunfo de Lula en Brasil.

                Pero lo que parece un paisaje optimista para las fuerzas populares no debe llamar a engaño sobre las causas que explican este fenómeno.  A diferencia del crecimiento acaecido durante la década ganada, que llevó al crecimiento de los países que conducían Lula, Kirchner, Chávez y Morales, el momento actual sucede en medio de las consecuencias de la pandemia, que acentúo los efectos provocados por los gobiernos neoliberales.

                La pobreza estructural, acompañada esta vez de una inflación creciente a nivel mundial, provoca que las demandas de las poblaciones no se puedan tomar respiro. Es así que ningún triunfo electoral puede festejarse durante mucho tiempo. Una realidad acuciante borra rápido las sonrisas y obliga a poner manos a la obra.

                En el caso colombiano no la tendrá nada fácil Gustavo Petro. Son muchas décadas de violencia permanente y gobiernos neoliberales sucediéndose unos a otros. Además no debe olvidarse que una figura de derecha estilo Trump como la que encarna el derrotado Hernández, estuvo muy cerca de coronarse al mando de la nación colombiana, lo que debe ser una señal de alerta permanente para la gestión que arranca.

                Es así que las fuerzas populares deben ser conscientes que hay logros pero no triunfos definitivos. Las fuerzas del capital financiero tienen recursos de sobra para torcer voluntades y ajustar la realidad de cada país a su objetivo del lucro permanente para el escaso sector que tiene la posibilidad de manejar los principales recursos financieros mundiales.                

lunes, 18 de abril de 2022

El conflicto europeo y la doble vara mediática

 

Ya transcurrido un buen tramo del conflicto en el Este europeo, algunas conclusiones sobre el tratamiento mediático de la contienda se pueden ir sacando. Seguramente las reflexiones políticas vendrán una vez terminado el ruido de las fusiles.

                Los medios occidentales no produjeron ningún tipo de innovación a la hora de cubrir esta guerra. Por el contrario, repitieron el mismo esquema que aplicaron durante la invasión de Estados Unidos a Irak: hacer un seguidismo acrítico de las líneas discursivas propuestas por la OTAN.

                Es así como todas las fake news generadas por las usinas de prensa de la Alianza Atlántica son instaladas en forma casi instantánea. Si son desmentidas se bajan, pero la información que contenían fue difundida en tiempo y forma.  Pero tal vez la contribución más importante de los medios es la demonización de todo lo que sea ruso y ni hablar de la figura de Putin.  Si bien ningún mérito hay en invadir otro país o provocar una guerra, otros conflictos bélicos anteriores no fueron tratados de la misma manera.

                Tanto la invasión norteamericana a Irak como el funcionamiento de la base de Guantánamo para torturar presos políticos no solo no produjo la demonización de quienes la llevaron adelante sino que fueron justificados por una supuesta lucha contra el demonio de Saddam Husein, cuya fácil caída demostró que el malvado de la película no era tan fuerte como nos quisieron hacer creer y que las armas de destrucción masiva que tenían los iraquíes fue fake news gigante instalada cuando todavía no se usaba ese término para describir las campañas mediáticas.  

                Tampoco vimos grandes quejas ni pedidos de expulsión de los torneos deportivos cuando Israel reprime palestinos ni cuando Estados Unidos manda drones a asesinar a supuestos terroristas refugiados en ajenos países. Parece que el Derecho Internacional se acomoda al interés de las potencias dominantes.

                En un mundo que se dirige a la multipolaridad, los medios de comunicación están bastante lejos de representar distintas voces. Por el momento, las grandes empresas mediáticas se siguen imponiendo, sin reconocer que en el mundo, ya no predomina una sola voz.                

miércoles, 16 de febrero de 2022

Putin despliega su TEG en Europa Oriental

 

Este 2022 amaneció con un conflicto que parecía un reclamo fronterizo más pero que fue escalando hasta poner a Occidente al borde de la guerra: Ucrania y Rusia volvían a disputar por sus fronteras.  Nuevamente el mandatario ruso, Vladimir Putin, ocupó el centro de la escena del escenario mundial, esta vez para pulsear directamente con la OTAN, organización dirigida por Estados Unidos desde su creación.

                El conflicto viene de lejos. Desde los inicios de su llegada al poder, Putin estableció la política de reconstituir el orgullo ruso mancillado luego de la caída de la Unión Soviética. A la recuperación y ordenamiento económico sucedido bajo el mandato del presidente ruso, le  siguió el juego geopolítico de restablecer su influencia sobre Europa y en especial sobre los países que habían formado parte de la ex potencia comunista. Es así que el mandatario ruso logró que tanto los gobiernos de Bielorrusia como el de Ucrania, fueran gobernados  por políticos afines.

                Pero nada es para siempre. El devenir político provocó la remoción de los partidarios de Putin de Ucrania y el establecimiento de un gobierno pro Occidente, lo que desbalanceó el precario equilibrio político de Europa Oriental. Rusia avanzó con la anexión de Crimea y encendió las alarmas de la OTAN. Todo esto acompañado de la dependencia energética que todo el continente europeo tiene del gas ruso y del gasoducto Nord Stream.

                 Así llegamos a este comienzo de año, donde una escalada en la discusión provocó la movilización de tropas y el cruce creciente de amenazas de guerra. Sabido es que Putin negocia siempre dando golpes sobre la mesa pero sin llegar a un punto que impida la concreción de sus objetivos. Por lo tanto es difícil que todo esto desemboque en un conflicto bélico, sino que todo este escenario de confrontación parece otra puesta en escena de un maestro de la estrategia que busca protagonismo frente al mundo nuevamente bipolar, que ahora nos proponen Estados Unidos y China.