domingo, 14 de febrero de 2010

Pese a las promesas de cambio, los 5 cubanos siguen presos

Apenas asumió el cargo, Barack Obama le quiso demostrar a la comunidad internacional que no era lo mismo que su antecesor. Para eso habló de una política más amistosa hacia Cuba, pero las promesas quedaron en palabras: los cinco cubanos presos en Estados Unidos siguen cumpliendo sus penas y ya llevan 11 años en prisión.
El terrible crimen que cometieron, según la justicia norteamericana, fue ¨conspirar para cometer espionaje y asesinatos¨. Sin embargo, aún con lo irregular que fue todo el procedimiento de arresto, ni el FBI ni la CIA pudieron encontrar pruebas de semejante delito. Ni armas ni planes en los discos rígidos de sus computadoras. Pero con la excusa de la guerra al terrorismo instalada después de los atentados del 2001, parece que para la Justicia norteamericana todo vale.
Es así que René González, Fernando González, Ramón Labaniño, Antonio González y Gerardo González, cumplen penas en las cárceles norteamericanas que van de 15 años de prisión a cadena perpetua. Es verdad que los imputados respondían al gobierno cubano, pero lejos estaban de planear asesinatos. Por el contrario, se dedicaban a monitorear a los grupos anticastristas, quienes nunca tuvieron empacho en cargarse vidas humanas con tal de llevar a cabo sus operaciones contra el gobierno de Cuba.
Todo esto sin hablar de Luis Posada Carriles, asesino profesional que, entre otras cosas, hizo estallar en el aire a un avión de Cubana de aviación que se dirigía a la isla gobernada ahora por Raúl Castro, y que causó la muerte de 73 pasajeros. Pero en ese caso, la legislación antiterrorista es dejada de lado, tal vez para no extraditar a un profesional de la muerte que vive lo más campante en Estados Unidos y que puede ser útil a la Casa Blanca en cualquier momento.
Los grupos anticastristas infiltrados por los cubanos presos fueron los autores de una serie de atentados contra hoteles de la isla y que causaron la muerte de un turista italiano. El objetivo era dañar a la industria del turismo cubano que es una de las mayores fuentes de ingresos de divisas. Uno de los responsables más conocidos de estos grupos fue el ya fallecido millonario Jorge Más Canosa, quien tiene ramificaciones de sus negocios en medios de comunicación en la Argentina. Su imperio ahora lo comanda su hijo.
Pero tanto el gobierno como la justicia norteamericana nunca les interesó investigar las actividades de los grupos anticastristas pese a su manejo de armamento ni sus planes asesinos. Se sucedieron los gobiernos de Clinton y Bush pero nada cambió. La esperanza abierta con Obama se diluye cada vez más. La alianza de la Casa Blanca con estos grupos viene de la época del presidente Kennedy y el paso de los años no ha logrado horadarla, por lo que no hay perspectivas inmediatas de un cambio en la condición de los presos que ni siquiera pueden ser visitados por sus parientes ya que se les niega la visa.
Parece que en la mayor democracia del mundo, los derechos humanos son sólo para los amigos del poder.