viernes, 20 de agosto de 2021

La caída de Kabul y los recuerdos de Saigón

 

El mundo mira entre azorado y sorprendido las escenas de la caída de Kabul. Quienes nacieron después de 1975, nunca habían visto a la primera potencia militar mundial abandonar precipitadamente una capital nacional, derrotados por el avance incontenible de los talibanes. Miles de millones de dólares gastados por el Pentágono en preparar y equipar a un ejército afgano que se derrumbó como un castillo de naipes frente a la ofensiva guerrillera.

                Sin embargo  esta derrota, a diferencia a la acaecida en Vietnam durante el siglo XX, no fue sorpresiva. Ya desde la administración de Obama, los norteamericanos venían preparando esta retirada que ahora se concreta. Las sucesivas administraciones no dejaron de avanzar en esta salida, que no fue suspendida ni siquiera cuando la Casa Blanca advirtió que los Talibanes se apoderarían de todo el país.

                  Concentrados en su pulseada con China, los norteamericanos decidieron abandonar las aventuras militaristas encaradas desde 2001 en adelante. La idea de reconfigurar un medio oriente amigable para la superpotencia occidental por medio de la fuerza de los marines, fue un rotundo fracaso.  El peligro chino hizo recapacitar a los yanquis, que decidieron abandonar los escenarios que consideran secundarios sin importarles mucho lo que dejan atrás.

                Ahora tal vez nos espere un mundo crecientemente bipolar, con una administración norteamericana dedicada a recomponer el prestigio perdido y a no dejarse atropellar por el crecimiento permanente de China, que no deja de ser el país de mayor crecimiento económico pese a la pandemia que recortó la economía de todo el planeta.