martes, 20 de diciembre de 2016

La era de la incertidumbre

Los distintos analistas e historiadores suelen enmarcar sus estudios buscando denominaciones globales para tratar de describir las épocas que estudian. Quien se aboque en un futuro al análisis de  este período que estamos viviendo, no le va a quedar más alternativa que bautizar a nuestros días como la era en donde las certidumbres no abundan.
                El 2016 finaliza con la expectativa mundial fijada en adivinar que políticas seguirá adelante el nuevo presidente norteamericano. Donald Trump vino a romper con todas las expectativas y asumió lleno de interrogantes que sólo se podrán develar con el desarrollo de los acontecimientos. Pocos creen que el magnate podrá cumplir con su promesa aislacionista ya que el poderoso complejo militar industrial necesita colocar sus productos en el mercado mundial. Sin embargo, las torpezas demócratas han llevado a la Casa Blanca a un grado creciente de enfrentamiento con el líder ruso, Vladimir Putin, que Trump debería desactivar si quiere de verdad que no le explote la bomba que sus propios connacionales armaron no sólo en Siria sino en todo Medio Oriente.
                También es difícil pronosticar en cuántos ejes se dividirá el poder mundial. Si bien los liderazgos de Estados Unidos, Rusia y China están fuera de discusión, aún no está claro si habrá algún tipo de reconfiguración de las distintas alianzas entre estos tres grandes. Tampoco está muy claro el futuro de la Unión Europea, que comanda Alemania, que es el único país del viejo continente que escapa al declive económico.  Las especulaciones apuntan a que los nuevos ocupantes de la Secretaría de Estado yanqui buscarán amigarse con Rusia y enfrentar a los chinos, pero los títulos periodísticos suelen ser, muchas veces, distintos a los hechos concretos.
                En lo que refiere a nuestro continente, habrá que estar atento a  si la hostilidad y el intento de enterrar para siempre las experiencias populares en América latina sigue con la misma perseverancia y el mismo éxito. Si bien el gobierno en la Argentina luce consolidado, pese a sus crecientes problemas, en Brasil el gobierno de Temer tambalea  ya que su origen espurio y su política de ajuste hundió al ex vicepresidente de Dilma en un rápido proceso de descrédito que luce de casi imposible salida. En tanto, las condiciones en Venezuela empeoran y la administración de Maduro resiste como puede. Por su parte, en Bolivia y en Ecuador, los modelos parecen sólidos y exhiben los mejores números del continente.

                Pero este panorama puede cambiar en cualquier momento, dependerá seguramente de la dinámica que imponga el Gobierno de Trump y de las conciencias de los pueblos, que a veces escapan de los caminos que busca imponerle la industria mediática asociada a los poderes de turno. 

viernes, 18 de noviembre de 2016

Trump desnudó la decadencia del imperio americano

Finalmente, el candidato republicano se quedó con las llaves de la Casa Blanca ante el pavor de gran parte de la prensa mundial, que enciende las luces de alerta mundial ante la llegada de un proto fascista como Donald Trump.  Cualquier recién llegado a las arenas internacionales le daría las condolencias a la candidata derrotada del progresismo, Hillary Clinton, sin darse cuenta que la mayoría de lo que pronostican sobre las medidas que tomará  Trump, ya las llevó adelante el gobierno demócrata saliente.
                Ocupados   en adelantar  las catástrofes que se vienen, los analistas internacionales evitaron durante la campaña electoral hablar del deterioro general de Estados Unidos, que llevó a que sus electores prefieran afrontar el riesgo Trump antes que mantener una situación que los llevaba inevitablemente a un colapso. Los trabajadores norteamericanos vieron en estos años como desaparecieron muchos puestos de trabajo por culpa de las empresas que levantaron sus sedes y las trasladaron a otros países, donde el costo laboral es mucho más barato gracias a los tratados de libre comercio firmados por los sucesivos gobiernos demócratas.
                Tampoco la arena internacional les dio alegrías a los norteamericanos. La Casa Blanca promovió conflictos en todo Medio Oriente y fabricó de la nada una maquinaria terrorista como la de ISIS y promovió el asesinato de líder como Kadafi en Libia.  Sin embargo, el gasto en recursos económicos y vidas humanas no logró que se cumplieran ninguno de los objetivos trazados por la dirigencia norteamericana, que por el contrario, lograron fortalecer, como contraparte, la figura del mandatario ruso, Vladimir Putin.
                En el campo de los derechos humanos, los demócratas no son mucho mejores que Trump. Pese a las promesas de Obama, la cárcel de Guantánamo sigue siendo un pozo cloacal que sigue oliendo mal y que no muestra señales de que pueda ser desmantelado en el corto o mediano plazo. Además, pese a su discurso progresista, la administración demócrata no dejó nunca de deportar indocumentados, y mucho menos demolió ese muro que ya existe en la frontera con México y que se supone, será ampliado por Trump.

                No pretendemos abrir ningún tipo de crédito a un presidente caricaturesco como Donald Trump, pero desde el vamos la posible desactivación del Tratado Transpacífica, es la primera noticia positiva para nuestra región en muchos meses. Sabemos que el complejo militar industrial no dejará de ejercer su poder de lobby para que el gasto militar no decrezca, pero el escenario cambió y se tornó imprevisible, por lo que habrá que otear el horizonte sin descanso.

lunes, 24 de octubre de 2016

La pelea en Siria sube la tensión mundial

Mientras los medios del mundo discuten quién será el próximo ocupante de la Casa Blanca, el conflicto en Siria escala en violencia  y vuelve a poner frente a frente a dos viejos rivales: Rusia y Estados Unidos. 
                Pese a sus payasadas autoritarias, no se equivoca Donald Trump cuando acusa al partido Demócrata por la violencia creciente en Medio Oriente.  Pese al éxito inicial que constituyó el pacto con Irán, son muchas las evidencias que el ISIS nunca se hubiese desarrollado sin el apoyo, o por lo menos con  la vista gorda, de la política exterior norteamericana que en su momento fue comandada por la actual candidata a Presidente.
                Acostumbrados a un escenario internacional que después de la caída del Muro de Berlín era unipolar, el resurgimiento de Rusia modificó el panorama y ahora los yanquis ya no están tan solos. Con un Presidente como Putin, que parece no estar dispuestos a dejarse atropellar, Rusia discute palmo a palmo por la independencia de Siria, y es el artífice principal de la permanencia de Bashar al Asad en el poder.  Pero tampoco estamos ante un escenario bipolar: tercia en este reparto China, que si bien conserva su perfil independiente, en el caso de Siria está más cerca de los rusos que de los norteamericanos.
                Frente a este panorama, el resultado de las elecciones en Estados Unidos cobra una importancia  vital. Todo el establishment mundial y no pocos intelectuales latinoamericanos de izquierda, apuestan por el triunfo de Hilary Clinton, sin darse cuenta que esto probablemente lleve a una profundización de la violencia en Medio Oriente, de la mano de un partido que ya mostró cual es su política: crear monstruos para combatir a quienes se oponen a sus intereses.

                Donald Trump. en cambio, ya propuso actuar en conjunto con los rusos, lo que parece si n duda ser lo más racional, pero su impresentable perfil y la sucesión de escándalos hace difícil su llegada al poder y si por alguna de esas casualidades ganara, alumbraría un gobierno débil y cuestionado.  Gruesos nubarrones que no presagian nada bueno se ciernen en el horizonte cercano.    

martes, 20 de septiembre de 2016

Colombia: un camino a la paz lleno de obstáculos

Después de décadas de conflicto armado, las FARC y el gobierno colombiano están a un paso de firmar un tratado de paz. El próximo 2 de octubre el pueblo caribeño se pronunciará a favor o en contra de este acuerdo. Pero lo que parece un acontecimiento auspicioso para toda América latina, tiene detractores que buscan que ese ansiado final de la guerra nunca llegue.
                Fueron largas las negociaciones entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y los comandantes de la organización guerrillera que se realizaron en Cuba, pero finalmente llegaron a un entendimiento que deber ser ratificado en las urnas. El problema es que el camino hacia un final feliz tiene enemigos que no ven la luz al final de esa ruta.
                La figura del presidente anterior a Santos, Alvaro Uribe está al frente del rechazo junto al Partido Conservador que lo respalda. Se propusieron impugnar ante la Justicia al plebiscito que tiene las  opciones Si o No ante la pregunta de si apoyan el tratado de paz en Colombia. También hay sectores de la Justicia que se oponen a esta iniciativa. Sostienen que la pregunta es tendenciosa  y que los líderes de las FARC deben pagar sus años de lucha con la cárcel.
                Hasta ahora las encuestas han hecho oídos sordos a esta prédica.  El pueblo colombiano sabe que con la aprobación de este acuerdo, comienza un largo proceso que culminará con el desarme y el retorno a la vida civil de la guerrilla más importante. Es verdad que quedan otros movimientos menores  en la clandestinidad, pero con un precedente exitoso, la paz puede llegar para todos.
                Si el plebiscito se expresa por la negativa, este proceso de acuerdo, que ya lleva tres años,  se perdería por completo, por lo que el estado de guerra interno seguiría latente. Si bien las FARC no están en un momento floreciente, no es una fuerza que esté al borde de la disolución. Con el NO, Santos se vería desautorizado y obligado a reiniciar la ofensiva, con el  costo en vidas humanas que esto ocasionaría y con el caos político que seguiría a la devaluación de la figura del Presidente.

                Todo para ganar tiene el pueblo colombiano el próximo 2 de octubre, pero deben ser conscientes que siempre hay hienas que viven de la guerra y las que el fin del conflicto bélico les arruina cuantiosos negocios.

jueves, 18 de agosto de 2016

Turquía: el golpe que no fue

Golpes parlamentarios, judiciales e incluso militares. Quienes creyeron que los golpes de Estado eran una reliquia del siglo XX, se equivocaron. Hoy la destitución de autoridades antes del término  de su mandato está a la hora del día. Algunos tienen éxito como bien podemos ver los sudamericanos en estos días, otros, en cambio, fracasan y además fortalecen a la autoridad que iban a deponer. Este fue el caso de Turquía.
                Aunque las campañas golpistas cambien según el país, se vislumbra que la mano de la Casa Blanca está siempre detrás manejando los hilos en algunos casos, otorgando su visto bueno en otros.  Por ser una a pieza clave del ajedrez de la OTAN, el caso turco debía manejarse con delicadeza. Pero Tayyip Erdogan había dejado de gozar de la confianza de Washington y sabemos que la diplomacia de Obama no tiene empacho en avanzar rápido cuando un mandatario no es de su agrado.
                Sin embargo, algo salió mal en la planificación o mejor aún, se subestimó la capacidad política de Erdogan y su nivel de popularidad.  El mandatario turco aisló pronto a los golpistas y convocó rápidamente al pueblo a respaldarlo en las calles. No fue gratis, se contabilizaron 265 muertos de ambos bandos, con el resultado que Erdogan está más fuerte ahora que antes del intento fallido.
                Hábil para leer el mensaje, Erdogan abandonó la  hostilidad hacia la Rusia de Putin y ni lerdo ni perezoso se acercó al gigante ruso, que casi sin planearlo, perdió a un enemigo y ganó a un aliado de gran valor estratégico.  El derribo del caza ruso en cielo turco quedó en el olvido y ambos mandatarios ya trabajan en forma conjunta para combatir al terrorismo y resolver la situación de Siria.

                En tanto, la Casa Blanca se anotó una nueva derrota  ya en tiempo de campaña electoral. Igualmente, el probable triunfo de Hillary Clinton anticipa la continuidad de una política diplomática que no solucionó ningún problema y que, por el contrario, encendió focos de terrorismo mundial que están lejos de ser apagados. 

lunes, 18 de julio de 2016

Inglaterra: las ventajas del Brexit

Cuando se supo el resultado del comicio que arrojaba a Inglaterra fuera de la Unión Europea, fueron muchos los analistas económicos que pronosticaron la debacle de la economía inglesa. Sin embargo, la  mayoría pasó por alto que la nueva situación le dará mayor autonomía financiera y que consolidará a los ingleses como a una verdadera cueva off shore para esconder el dinero negro mundial.
                Los estremecimientos de las Bolsas mundiales duraron pocos días y el derrape pronosticado no fue tal. Es que Inglaterra nunca le puso empeño para consolidar una Unión Europea en la que nunca creyó. Mantuvo en pie la libra esterlina y nunca se desmarcó del mayor interés norteamericano en la región: la OTAN, el pacto militar que los ingleses ni siquiera se plantean abandonar.
                Es que Inglaterra siempre jugó sola y es así que consolidó un predominio mundial que recién perdió con el advenimiento del poder norteamericano.  Pasadas ya las épocas de de factoría textil y potencia marítima, ahora se especializa en ser el refugio financiero para las cuevas off shore, verdaderas islas del tesoro donde los poderes financieros mundiales depositan ese dinero que no pueden declarar.
                Mientras los teóricos del mundo discuten hacia qué tipo de orden mundial marchamos, hay algo que está siempre fuera de discusión: en un mundo capitalista los flujos financieros necesitan un refugio seguro y eso es lo que ofrecen los ingleses. Caído Panamá después de los Papers que llevan el nombre de ese país, un paraíso fiscal en el primer mundo se visualiza a priori como invulnerable, al igual que su par norteamericano de Delaware.
                Además el juego propio de Londres tiene un plus que sostiene su estrategia individual: no sólo existen el dinero que fluye de Wall Street o de Europa, sino que hay un creciente protagonismo del yuan, la moneda china que apalanca el crecimiento del gigante asiático. Y tampoco podemos obviar el creciente protagonismo ruso en el tablero mundial.

                Por todo esto es que poco les importa a los políticos ingleses las movidas independentistas de Escocia y de Irlanda. Lo que antes habría sido reprimido a sangre y fuego, ahora se ve como una de las tantas consecuencias inevitables del Brexit, que marca el inicio de un nuevo rumbo mundial de pronóstico incierto pero en el que siempre el Imperio británico se ha sabido acomodar.

viernes, 17 de junio de 2016

Los trabajadores franceses resisten el ajuste

Cómo si el gen de la rebeldía se transmitiera de generación en generación, los trabajadores franceses llevan varios meses ya de movilización para derrotar a una nueva legislación laboral, que con la excusa de la ¨modernización¨, busca acortarle derechos adquiridos hace varias décadas.
                El gobierno de Hollande, que se dice socialista pero que se aleja de los trabajadores día a día, defiende a rajatabla un proyecto que precariza la vida laboral de millones de franceses que en vez de recibir protección del socialismo recibe palos. Los argentinos conocemos bien, la estrategia de usar a los partidos populares para establecer ideas neoliberales ajenas a la historia partidaria. Con Hollande, el socialismo abandona por completo su doctrina de defensa de los derechos sociales.
                La CGT francesa asumió desde el comienzo su rol en la lucha y no deja de organizar marchas opositoras, que chocan frecuentemente con la policía. Ni la Eurocopa ni la posibilidad de atentados terroristas han logrado frenar una protesta que no vislumbra su final.  Durante este mes de junio hay prevista una reunión entre ambas partes pero no hay señales de la posibilidad de un acuerdo.
                El problema central es el artículo 2 de este proyecto que el gobierno francés ha enviado al parlamento galo. En él, se establece que los acuerdos empresariales tienen prioridad sobre los sectoriales. Piensan los trabajadores que de esta manera se establecerá un código laboral a medida de cada empresa, lo que debilitará la posición de los empleados que quedarían inermes o en posición desventajosa frente a sus patrones.
                Los incidentes callejeros no han logrado frenar el periplo legal de ley que será tratada a fin de mes en un Congreso de mayoría conservadora que podría alterar aún más un proyecto que nació hostil a los trabajadores. Además, el primer ministro francés planea apelar a un decreto, si la norma no es aprobada.

                Pero el ambiente de lucha no se disipa de las calles. Frente a la ausencia de los partidos políticos, la resistencia es encarnada por los propios trabajadores, un camino que parece ser el futuro no sólo de Francia sino también de los países latinoamericanos. Incluido el nuestro. 

miércoles, 18 de mayo de 2016

Ataque directo al Mercosur

El plan de la Casa Blanca para reducir el Mercosur a una alianza comercial está muy cerca de ser coronado por el éxito. Para lograr el vaciamiento del sentido político de la alianza continental, desde Washington pergeñaron un plan destinado a que los gobiernos populares que sustentaban al Mercosur cayeran uno por uno y fueran reemplazados por gobiernos neoliberales, amistosos a las directivas bajadas desde el Norte.
                La planificación fue muy bien ejecutada  y no necesitaron ni de la Cuarta Flota ni de ningún comando de boinas verdes para llevarla a cabo. Las acusaciones de corrupción y las causas armadas con la complicidad de los establishment locales lograron reemplazar a un gobierno peronista hostil a Washington por otro neoliberal  en la Argentina, y tumbaron al gobierno de Dilma en Brasil. Les queda el mandato de Nicolás Maduro en Venezuela, que tambalea bajo el fuego sostenido de la oposición venezolana.
                   Por supuesto que esto no obedece a un capricho ni a una demostración vacía de poder, sino que hubo dos razones de peso para llevar cabo esta jugada. La primera y más evidente: incorporar a la gran mayoría de los estados de América latina al nuevo tratado Transpacífico, que reemplaza al desaparecido ALCA. El otro, derribar o por lo menos debilitar, el eje de los Brics, que venía en crecimiento sostenido. A Estados Unidos no le cierra una alianza liderada por dos países líderes y que no aceptan su mandato como Rusia y China.
                Para lograr los objetivos que venimos explicando, la caída del gobierno petista ocupa un papel central. Sin el liderazgo del país más importante de la región, el Mercosur es una cáscara vacía, que sólo contiene tratados comerciales pero que no funciona como escudo político protector frente a un mundo pleno de incertidumbre. Por eso, Dilma Rousseff fue suspendida en su cargo, pese a que no tiene causa judicial alguna que comprometa su libertad.
                Esta crisis anula la fortaleza política de Brasil, ya que sea cual sea el futuro inmediato, no habrá un gobierno fuerte capaz de imponer su autoridad a toda la población. El país está claramente dividido y ni siquiera se puede descartar que el PT pueda volver a retomar el poder.  Los primeros sondeos dicen que nadie supera todavía a Lula en intención de voto.

                Son tiempos oscuros los que atraviesan América latina, pero a diferencia de otras épocas aún peores como las del Plan Cóndor  o la década del 90, los pueblos están de pie y dispuestos a pelear por no perder los derechos que tanto les costó ganar.  

martes, 26 de abril de 2016

Brasil se asoma al abismo

Y finalmente el golpe blando en Brasil se puso en marcha y ayer concretó su hito más importante:  la Cámara de Diputados brasileña habilitó al Senado para que inicie el juicio político a la presidenta Dilma Rousseff.
                Los grupos económicos concentrados del vecino país, acompañados de los monopolios mediáticos, llevaron una intensa tarea de desgaste que se inició apenas fue reelegida la actual mandataria y culminó con la exitosa puesta en escena que fue televisada a todo el planeta, como para que no queden dudas del ánimo ejemplificador de la jugada
            Ahora el Senado, que el gobierno brasileño está muy lejos de dominar, se apresta a asestar el golpe final a la gestión a una Presidenta, que pese a lo que digan los medios, no tiene cuentas offshore en el exterior ni demandas judiciales con pruebas contundentes de corrupción, cosa que no sucede con quién ayer presidió la sesión, el opositor Eduardo Cunha.
            Las caras sonrientes de los dirigentes opositores presagian una ola de revancha social contra los que menos tienen, si es que logran hacerse del poder político. Algo similar a lo que está pasando en nuestro país. El vicepresidente Temer ya se relame con su posible ascensión y no dudará en traicionar al proyecto político que lo llevó al segundo cargo político en importancia.
            Es cierto que no debe soslayarse la responsabilidad política de la Presidenta en la crisis actual. Su abandono de las líneas generales que había trazado su compañero y antecesor en el cargo, Luiz  Lula Da Silva, explican gran parte de esta realidad, pero no la justifican. El orden legal expresado por la voluntad popular debe ser respetado en todo el continente,

            Pero aún no está todo dicho, quien se haga cargo de la dirección del Palacio de Planalto deberá convocar a elecciones. Y es ahí donde la figura de Lula se agiganta  y le mete pavor a los brasileños conservadores . O Globo, Veja y el resto de los medios deberán trabajar a destajo para imponer un candidato que supere al ex Presidente que sigue siendo muy popular en su país. Lamentablemente, todo indica que sea cual sea el resultado, el país más poderoso del Mercosur se meterá en una dinámica de inestabilidad política que durará un tiempo largo. 

sábado, 16 de abril de 2016

Ahora quieren reflotar los Consejos Consultivos

Justificaciones, promesas de mejoramiento y a empezar de nuevo, esa parece ser la fórmula que los jefes comunales PRO están aplicando  para relanzar los Consejos Consultivos  de la CABA, ninguneados y hostilizados durante toda gestión de Mauricio Macri en la Ciudad.
A los dirigentes  que recién asumen su cargo, no les resulta difícil anunciar el cambio, alegan desconocimiento  y le echan la culpa a su antecesor aunque pertenezca a su propio partido. Otros, en cambio, deben apelar a su mejor cara de nada posible para justificar su conducta anterior, como sucede con Carlos Guzzini en la Comuna 11.
Los Consejos Consultivos son los órganos vecinales encargados de controlar la gestión de los jefes comunales y son la vía, la mayoría de las veces, de los reclamos vecinales que no son atendidos por el Gobierno comunal.  Su creación fue dispuesta por la Constitución de 1994 y su funcionamiento está regido por la ley 1777, norma que reglamentó la creación de las Comunas porteñas.
 Mientras Mauricio Macri fue jefe de Gobierno de la Ciudad, quienes en la Comuna 11 participamos en estos nuevos órganos vecinales, fuimos  sucesivamente hostilizados y ninguneados por la autoridad comunal. Hubo una etapa en la que los empleados comunales fueron enviados a hostigar a los vecinos que participaban. Estrategia que más tarde fue reemplazada por el explícito no reconocimiento a la Mesa Directiva del Consultivo.
Ahora, en la Comuna 11 fuimos convocados nuevamente para formar parte de este relanzamiento que prometen veloz.  La comunera Graciela Valdéz encabezará este proceso, como encargada del área de Participación Vecinal. La innovación saliente es que los vecinos serán representados por asociaciones que los nuclearán.  Desde la comuna prometieron apoyo y facilidades para registrar a todas las agrupaciones vecinales, de cualquier naturaleza, que quieran formar parte de esta nueva etapa.

Queda esperar hasta qué punto se instrumentará este nuevo rediseño. Las comunas pueden ser un gran instrumento de democratización de la gestión en la Ciudad, pero las decisiones políticas hasta ahora lo único que lograron fue el alejamiento de los vecinos participativos, frustrados por la falta de respuesta.     

sábado, 19 de marzo de 2016

Brasil bajo fuego

La ofensiva es incesante y no da respiro. El gobierno de Dilma Rousseff vive sus horas más dramáticas, cercado por el ataque combinado de los medios de comunicación y el poder judicial. Un modus operandi que se repite en varios puntos de América latina y tiene como objetivo que los gobiernos populares pasen al rincón de los recuerdos.
                Para no dejar escape posible, el golpe blando que se está llevando a cabo en Brasil tiene como objetivo liquidar a ambos líderes del partido gobernante: Dilma y Lula, no sea cosa que el objetivo de destituir a la Presidenta le traiga como consecuencia no deseada a la derecha, el triunfo del líder petista.
                Los gobiernos populares no han logrado penetrar los ámbitos donde el poder fáctico se ha hecho fuerte y montó una firme trinchera: los medios y la Justicia. Al no lograr penetrar esa base de poder, apenas afloraron los problemas estructurales, los mandatarios que encarnaban los proyectos entraron en problemas por el momento insolubles. Así como el gobierno de Brasil resiste a duras penas, en Argentina el gobierno de derecha de Mauricio Macri avanza sin frenos en un ajuste brutal.
                En Brasil se está pagando muy caro el precio de haber abandonado la política desarrollista con inclusión social de Lula, para entrar en una fase de medidas ortodoxas que ajustaron a la economía. Ni con estas medidas  los poderes corporativos lograron aceptar la conducción de Dilma. Además, la propiedad de los medios fue cuestionada en las palabras pero no en las leyes. Es por eso las corporaciones no esperaron ni un segundo para caerle al PT cuando se conocieron los primeros datos de la operación que involucró a Petrobras.

                Las sombras se extienden sobre nuestro continente y de la alegría de la década ganada pasamos a la impotencia y la desazón de la restauración neoliberal, que se lanzó con furia revanchista sobre los líderes populares. Las fuerzas populares asisten azoradas a esta inesperada derrota y tira manotazos en la oscuridad, buscando una cuerda que las rescate de esta debacle impensada, apenas dos años atrás

martes, 16 de febrero de 2016

Nueva geopolítica del Vaticano

El Papa Bergoglio revoluciona cada lugar que visita, su popularidad es indiscutible y sus propuestas para modernizar, aunque sea en la superficie a la religión católica, recibe elogios casi unánimes. Pero a la hora de evaluar sus gestos políticos no todos parecen comprender la nueva geopolítica del Vaticano.
                Atrás quedó el Papa Juan Pablo II y su enorme aporte para que la guerra fría se terminara con la victoria del capitalismo. Hoy al Vaticano le importa más frenar el avance incontenible del capitalismo financiero que daña principalmente a la población de menos recursos que es  donde más adherentes recoge el catolicismo.
                Por eso no es casual el juego a varias bandas que practica el pontífice argentino.  Convencido de las guerras menores son el modo en que se mantiene el aparato militar industrial mundial en movimiento, no duda en reunirse con las diversas partes contendientes para bajar los niveles de conflicto. Lo hizo no sólo en Medio Oriente, sino también  en Europa Oriental.
                Foto impensada unas décadas atrás, ahora Bergoglio no duda en aceptar la ayuda de Cuba para estrechar lazos con Rusia. Es por eso que Putin ve con buenos ojos que los cristianos católicos se reconcilien con sus pares ortodoxos comandados por el Patriarca de Moscú, lo que repercute a su vez en el conflicto armado que persiste en Ucrania.
                Más cercano a la realidad de nuestras tierras, la visita a México es una movida para que la realidad política, económica y social de nuestro continente no desbarranque. El país azteca está atravesado por conflictos violentos que no deja de cobrarse su cuota diaria de vidas. Signos de estos tiempos, el Papa fue recibido más como jefe de Estado que como líder religioso.

            Será un enorme desafío para Bergoglio, surfear la olea de neoliberalismo que vuelve con ánimo vengativo a bañar las playas de América latina. Por ahora gestos políticos sutiles jalonan su política. Retacea encuentros con la nueva dirigencia de derecha y respalda a los perseguidos políticos. Las nuevas administraciones latinoamericanas ya saben que el ojo del Vaticano no se apartará de nuestro continente.