martes, 20 de abril de 2010

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viernes, 16 de abril de 2010

Paraguay podría ser la Honduras del Cono Sur

Apenas producido el golpe de estado que terminó con el gobierno de Zelaya en Honduras, varios gobiernos latinoamericanos alertaron sobre la posibilidad de que esta nueva modalidad de destitución de la voluntad popular fuera una próxima regla y ya no una excepción. La ofensiva mediática de enero comandada por Cobos y Redrado contra el gobierno de Cristina Fernández hicieron temer que la Argentina fuera la próxima víctima. Pasó el sofocón pero no el peligro de esta variante de ¨golpe institucional¨: ahora quien se encuentra en peligro es el gobierno de Lugo en Paraguay.
En general los medios de comunicación americanos se enfocan sobre la anécdota y no sobre las causas profundas que provocan la inestabilidad. Es así como en el caso hondureño se habló de intentos de cambios en la Constitución o de la supuesta corrupción del presidente Zelaya para justificar el golpe. Pero se obvió el tema principal: la inclinación del mandatario centroamericano por el bloque económico del ALBA que encabeza la Venezuela de Chávez, con la consiguiente posibilidad de que el manejo de los recursos petroleros cambiaran de mano.
En estos momentos en Paraguay pasa algo similar, se habla de la posible traición del vicepresidente paraguayo y de la vida íntima del presidente Lugo, pero no se habla del trasfondo económico: las grandes empresas transnacionales, que explotan los recursos agrícolas, se oponen a la posibilidad de que se repartan las tierras a los campesinos, ya que semejante posibilidad les arruinaría el negocio. A estas firmas que los argentinos conocemos tan bien, como son Monsanto y Cargill, les conviene mucho más un presidente que se dedique a reprimir a los movimientos campesinos y no que piense en cumplir las promesas de campaña.
La ventaja para los golpistas es que no necesitan llamar a los militares, ya que tienen el Parlamento para golpear. El problema para Lugo es que como llego al poder por intermedio de una alianza, sus incondicionales son escasos. Sus aliados del Partido Liberal, que pusieron el vicepresidente de la fórmula y tienen la mayoría parlamentaria, ya piensan en un futuro que los tenga al frente del Gobierno sin compartirlo con nadie. Por eso se especula que el segundo de Lugo, Federico Franco, podría traicionar a su compañero de fórmula y encabezar el Poder Ejecutivo previo juicio político al actual presidente. Así, lo de Julio Cobos sería un poroto al lado de semejante traición.
Los liberales ya tienen los votos para destituir al Presidente, les falta encontrar un motivo que justifique el movimiento. Posiblemente están esperando que las dificultades para llevar a cabo la prometida reforma agraria provoqué la desilusión y el mal humor de quienes llevaron al religioso paraguayo al poder. También se usa hipócritamente el caso de los hijos del mandatario, en una sociedad donde el 70% de los niños no son reconocidos por sus padres.
Ni el incremento de los ingresos del Estado por el acuerdo con Brasil sobre la energía que genera Itaipú conforma a los críticos, por el contrario, el aumento del precio de la energía que se exporta a Brasil y a la Argentina despertó la voracidad de quienes buscan saquear a un país que desde la guerra de la Triple Alianza, en el siglo diecinueve, hasta hoy no ha dejado de sufrir una violenta explotación.

domingo, 11 de abril de 2010

Todos al Obelisco: breve crónica de la marcha del 9 de abril

Ausente de los dos eventos organizados con anterioridad por este nuevo fenómeno denominado 678 Facebook, decidí que no podía perderme el encuentro en el Obelisco. Mientras viajaba, pensaba que me habían convocado de tantos lados para este encuentro que no sabía con quien ir, a quien buscar ni con quien encontrarme. Decidí dar vueltas por todos lados para tener un panorama total de la marcha.
Llegue a las 18 30 a Avenida de Mayo y Lima. Vi pasar grupos de personas que iban para Corrientes con carteles. Algunos los típicos de las distintas agrupaciones, otros, hechos a mano con marcador. Llegué a la Plaza de la República y ya había gente. Firmé el petitorio y me puse la cinta verde. Me encontré con mi ex compañera Liliana con quien ya había estado en el acto en Ferro,pero fue a buscar a su grupo del Movimiento Evita y ya no volví a verla, no por falta de voluntad, sino porque había tanta gente que volver a ingresar a la plaza propiamente dicha me resultó imposible. Me encontré también con un amigo de la Facu, Osvaldo, un gran documentalista autor de una obra sobre los efectos de la soja y que estaba filmando un nuevo documental sobre la Ley de Medios. Años atrás, hicimos juntos un programa de radio sobre Osvaldo Pugliese, con un reportaje incluído que yo sospecho fue el último que le hicieron en vida, pero acordamos que no lo negociaríamos con ningún medio, así que lo tengo oculto entre mis tesoros.
Ya a eso de las 20 hs el lugar estaba hasta las manos, no sólo no se podía entrar más a la Plaza de la República, sino que todas las calles alrededor del Obelisco estaban cortadas. Había un grupo de música y gente con ganas de divertirse. Más que una marcha de protesta era una fiesta. El problema fue la pobreza del sonido, a Sandra Russo la escuché porque estaba cerca, pero al no escucharse más lejos la marcha se dispersaba . No era una manifestación centralizada en un palco, sino un encuentro de gente con núcleos dispersos, por cada costado por los que circulaba había una fiesta diferente. Predominaban los grupos Facebook de distintos lados, las agrupaciones de la JP, del movimiento Tupac Amaru, grupos de Carta Abierta y los blogueros peronistas que estaban pegados al Obelisco. Cuando me iba pude ver a la gente del Pj Digital en Diagonal y Carlos Pellegrini. Pero lo más llamativo fue la cantidad de gente sola, en familia o en pareja. Los hits me parece que fueron dos: ¨el que no salta es de Clarín¨ y ¨andata Cobos la puta que te pario¨.
A esos de las 21 decidí irme pero antes me encontré con mi hermano Ariel, uno de los tantos votantes de Proyecto Sur a los que Pino dejó plantados con su ingreso en el Grupo A. Me dijo que media facultad de Filosofía y Letras estaba en esa marcha. Nos preguntamos si la supuesta pérdida de la clase media por parte del kirchnerismo tenía la magnitud que los medios nos quieren hacer creer. Me despedí de él pero la cosa no terminó ahí, ya en el subte B, mientras colgaba en el mapa de las estaciones uno de los tantos volantes que recibí contra Clarín, me llamó un muchacho que estaba sentado y me muestra el Libro Azul y Blanco de Perón. Específicamente me mostró los antecedentes de la familia Noble, que no se componía sólo del fundador de Clarín sino también de su hermano Julio, otro dirigente de la elite conservadora. Es así que me fui hablando de política con el amigo desconocido hasta la estación Malabia donde me tuve que bajar. Las piernas pesaban y el estómago reclamaba así que me tomé pronto el 110 y me fui a casa