domingo, 17 de marzo de 2013

Venezuela enfrenta un momento clave para su futuro


Finalmente la República Bolivariana de Venezuela tuvo que asumir que ya no tendrá a su líder y que tendrá que construir su futuro cercano sin su querida presencia. Más allá del golpe afectivo, no será fácil suplantar a un gobernante que con aciertos y errores enfrentó los problemas históricos de su país sin echar mano a las recetas neoliberales que estaban de moda allá por 1998, cuando Hugo Chávez Frías llegó al poder de su país por mandato popular.
             Nicolás Maduro deberá primero ratificar su mandato en las urnas y después enfrentar problemas que no son los que enfrentó su antecesor. Si bien el ambiente mundial no es tan hostil como cuando comenzó la revolución bolivariana, el panorama del Mundo no es para despreocuparse.
            Aunque faltos de credibilidad, los organismos multilaterales que fueron el soporte de la economía neoliberal siguen existiendo y retienen todavía una cuota importante del poder. El FMI, el Banco Mundial y el BID no dejan de sugerir recetas que pese a su fracaso, son utilizadas por los medios de comunicación concentrados para reclamar cambios en la conducción económica tanto de Venezuela como del resto de los países latinoamericanos.
             El precio alto del barril del petróleo garantiza la soberanía económica de Venezuela. Pese a las escaramuzas diplomáticas con Estados Unidos, el oro negro venezolano no dejó nunca de fluir hacia la economía norteamericana. Pero la nueva administración deberá profundizar las políticas que fomenten una industria propia y menos dependiente de la importación. Cualquier bajón pronunciado de los precios petroleros pondría en jaque a la economía del país caribeño.
             Es por eso que el desarrollo de Venezuela depende de seguir acumulando poder político para avanzar con un proyecto de país que logre reducir la dependencia del petróleo y que logre una economía no tan dependiente de la importación que en su mayoría proviene de Estados Unidos. La política de Chávez de buscar nuevos mercados fue acertada y señala un camino a seguir para lograr alternativas viables que no sometan a Venezuela a la decisión de una sola potencia. Es más fácil decirlo que hacerlo pero el afecto del pueblo hacia su líder muerto demuestra que el camino de la independencia económica es el más favorable para la vida de los pueblos.