miércoles, 20 de julio de 2011

Crónica de los ajustes en Occidente

A veces las voces que se dedican a analizar la escritura periodística dicen que las formas de hacer periodismo ya están todas inventadas, que son siempre iguales y que lo único que cambian son los temas. Pero la realidad se empeña siempre en desautorizar a los expertos. Es así que la crisis económica en Occidente está alumbrando un género inédito: las crónicas de las caídas de los países que antes eran los ejemplos a seguir por todo el mundo.
No se trata del caso aislado de un país, sino de la debacle de las economías de varios integrantes de la Unión Europea que podría culminar con el default del gigante mundial: Estados Unidos. Y no se trata de simples números ni de las cifras de las balanzas comerciales. Son las vidas de miles de europeos que están al borde del precipicio.
El problema es que los europeos no aciertan con el remedio y eligen la peor medicina: el ajuste económico, esa fórmula que los argentinos conocemos como si la hubiésemos diseñado. Pero ahora quienes siempre vieron estas recetas como algo ajeno ahora las sufren en carne propia.
La crisis abarca toda la geografía europea. En la Península Ibérica los dos países que la componen tiemblan ante las noticias económicas. Portugal ya dispuso dejar en la calles y sin planes sociales a unos 100 mil trabajadores, que engrosarán un índice de desocupación que ya roza el 13%. La economía se contraerá más por la cantidad de gente que pasará a consumir lo justo y necesario. En España las principales empresas ya acordaron con el gobierno socialista dejar en la calles a miles de trabajadores que pasarán de ganar buenos sueldos a vivir de la ayuda social.
Si nos mudamos a las islas británicas nos encontramos con Irlanda, paradigma de algunos políticos argentinos que hace un año criticaban a la Presidenta argentina por no seguir la conducta económica irlandesa. Ahora los bonos de ese país fueron calificados de basura por las calificadoras de riesgo y todos los expertos prevén perspectivas negativas.
En Italia, Berlusconi tuvo que dejar de lado sus líos de polleras para preparar un plan de ajuste para que los mercados no se ensañen con la economía italiana. La oposición insiste en pedir la renuncia del primer ministro italiano que por ahora domina la situación. Sobre Grecia no nos vamos a extender demasiado porque es el tema que más abunda en los medios, pero ya son varias las idas y vueltas para saber si la salvan o la terminan de empujar al mar Egeo.
La frutilla del postre es Estados Unidos, que siempre estuvo lejos de cualquier crisis gracias a su c
ondición de primera potencia mundial, ahora empeora sus datos económicos día a día. . Si bien por ahora no va a perder ese sitial de país líder, la oposición se niega a aprobar las medidas económica s que propone Obama, lo que puede ocasionar que la economía norteamericana entre en default. Si el país más desarrollado sufre semejante traspié, es difícil adivinar cual puede ser el futuro del resto del mundo.