lunes, 20 de julio de 2015

Grecia tiene su caballo de Troya

Como si fuera una venganza milenaria del rey Príamo y del valeroso Héctor, los griegos están sufriendo en su piel un paquete económico traicionero que fue autorizado a entrar en su tierra por las propias autoridades del país.
            Pese a la resistencia valerosa del pueblo griego, sus autoridades decidieron no respetar el mandato popular y resolvieron ceder ante la prepotencia de las autoridades europeas encabezadas por Alemania.
            El partido de centroizquierda Syriza, pasó de encabezar una epopeya de la resistencia al ajuste en un débil partido que arrió todas las banderas y que tendrá que ser muy hábil para conservar el poder ante el rechazo de sus votantes.
            Ahora Tsipras pasó de ser comparado con Kirchner a transformarse en un De la Rúa griego. Deberá enfrentar ahora las manifestaciones de un pueblo disconforme al que costará mucho hacer salir de la calle. El Gobierno griego se dejó atropella por la máquina alemana que conduce Angela Merkel, que acorraló a los gobernantes helenos hasta hacerlos firmar lo que horas antes denunciaban como intolerable.
            Pese a esto, el bloque de poder sufrió algunas grietas provocadas por este permanente tira y afloje. Hasta el propio FMI criticó el convenio por no incluir una quita importante de la deuda. Merkel ganó perdió aliados en el camino. Francia e Italia también comunicaron sus reservas sobre el tratado.

            Grecia perdió su soberanía económica en el altar del euro. Esta vez la Unión Europea logró sostener su integración pese a los pronósticos desfavorables, pero a un costo que pone en peligro el futuro de uno de los bloques mundiales más poderosos.