lunes, 20 de diciembre de 2021

El triunfo de Boric abre una ventana de esperanza en América latina

 

Las Alamedas se abrieron nuevamente al paso de las muchedumbres pero esta vez en tono de festejo. Gabriel Boric fue elegido presidente de su país, al frente de una coalición de centroizquierda que se propone terminar con los resabios de la herencia de Pinochet.

                Hablar de la dictadura chilena no es hablar de un recuerdo lejano. Las consecuencias de su herencia se viven diariamente en el país trasandino. Una sociedad que debe gastar una fortuna para educar a sus hijos,  constituye uno de los rasgos más salientes de su evidente desigualdad. Si bien los medios occidentales siempre lo erigieron como el modelo a seguir, el modelo  chileno que dejó  a Pinochet cerró siempre  sus números, aún en democracia,  con una gran cantidad de su pueblo afuera.

                Pero esta larga pelea iniciada en 2019 dio sus frutos. Un ignoto Gabriel Boric, se abrió paso desde el fondo de la fila y fue escalando lugares hasta quedar al frente de la coalición. En una elección fragmentada, quedó segundo del candidato derechista y logró que el espanto uniera a los chilenos tras su candidatura.

                Así, Kast, un reconocido simpatizante de Pinochet, quedó segundo en un ballotage de números amplios que despejan toda duda y le otorgan a Boric una gran legitimidad de origen para llevar a cabo sus políticas, que prometen desmantelar  a las AFJP chilenas y que la educación esté al alcance de todos los chilenos.

                A nivel regional, la noticia permite bosquejar que la marea derechista está en retirada en América latina, lo que podría tener una enorme confirmación si los números de Lula en Brasil se confirman en las urnas. Este avance político debería ser acompañado por un avance social que impida que otra oleada derechista, vuelva a apropiarse de los derechos de los pueblos latinoamericanos.

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