miércoles, 17 de abril de 2024

El escenario mundial se carga de amenazas

 

Las guerras de baja intensidad que se están desarrollando en distintos puntos del planeta, amenazan con expandirse e involucrar a otros países. En especial nos referimos a la guerra en Ucrania y en Medio Oriente.

                Pese a la instalación mundial como víctima y al mediático apoyo de la OTAN, la Ucrania de Zelensky se encuentra en pleno retroceso y las fuerzas rusas dominan el campo de batalla. A esto debe sumarse la incertidumbre que provoca la elección norteamericana de noviembre, que puede modificar el escenario abruptamente, si es que el republicano Donald Trump se alza con el triunfo. El magnate norteamericano ya avisó que disminuirá su apoyo armamentístico y les exigió a los demás países europeos que no miren para otro lado y que se sumen al esfuerzo. En caso de ser reelecto Biden, seguiría todo igual.

                Lo que no se vislumbra es una salida negociada del conflicto. Ninguna de las partes quiere dar el brazo a torcer y el avance ruso despierta todas las alarmas, ya que si la OTAN se involucra aún más en el conflicto, aumenta las posibilidades de un enfrentamiento directo con el consiguiente peligro del uso de armamento nuclear.

                Como si esto fuera poco, el recrudecimiento del conflicto en Medio Oriente le suma tensión al escenario. Menos el presidente argentino, el resto de los mandatarios mundiales intentan que las agresiones entre Irán a Israel no pasen de una gran puesta en escena. Se sabe que las agresiones entre estos dos países suelen trasladarse a lugares ajenos a Medio Oriente.

                Una generalización de los conflictos trae siempre el peligro de los alineamientos y de la desconfianza generalizada. Sumado a los efectos sobre los precios de las materias primas, pinta un panorama nada alentador que solo puede ser revertido si las potencias mundiales advierten a tiempo que la humanidad entera será siempre la que pague las consecuencias

No hay comentarios: