domingo, 11 de abril de 2010

Todos al Obelisco: breve crónica de la marcha del 9 de abril

Ausente de los dos eventos organizados con anterioridad por este nuevo fenómeno denominado 678 Facebook, decidí que no podía perderme el encuentro en el Obelisco. Mientras viajaba, pensaba que me habían convocado de tantos lados para este encuentro que no sabía con quien ir, a quien buscar ni con quien encontrarme. Decidí dar vueltas por todos lados para tener un panorama total de la marcha.
Llegue a las 18 30 a Avenida de Mayo y Lima. Vi pasar grupos de personas que iban para Corrientes con carteles. Algunos los típicos de las distintas agrupaciones, otros, hechos a mano con marcador. Llegué a la Plaza de la República y ya había gente. Firmé el petitorio y me puse la cinta verde. Me encontré con mi ex compañera Liliana con quien ya había estado en el acto en Ferro,pero fue a buscar a su grupo del Movimiento Evita y ya no volví a verla, no por falta de voluntad, sino porque había tanta gente que volver a ingresar a la plaza propiamente dicha me resultó imposible. Me encontré también con un amigo de la Facu, Osvaldo, un gran documentalista autor de una obra sobre los efectos de la soja y que estaba filmando un nuevo documental sobre la Ley de Medios. Años atrás, hicimos juntos un programa de radio sobre Osvaldo Pugliese, con un reportaje incluído que yo sospecho fue el último que le hicieron en vida, pero acordamos que no lo negociaríamos con ningún medio, así que lo tengo oculto entre mis tesoros.
Ya a eso de las 20 hs el lugar estaba hasta las manos, no sólo no se podía entrar más a la Plaza de la República, sino que todas las calles alrededor del Obelisco estaban cortadas. Había un grupo de música y gente con ganas de divertirse. Más que una marcha de protesta era una fiesta. El problema fue la pobreza del sonido, a Sandra Russo la escuché porque estaba cerca, pero al no escucharse más lejos la marcha se dispersaba . No era una manifestación centralizada en un palco, sino un encuentro de gente con núcleos dispersos, por cada costado por los que circulaba había una fiesta diferente. Predominaban los grupos Facebook de distintos lados, las agrupaciones de la JP, del movimiento Tupac Amaru, grupos de Carta Abierta y los blogueros peronistas que estaban pegados al Obelisco. Cuando me iba pude ver a la gente del Pj Digital en Diagonal y Carlos Pellegrini. Pero lo más llamativo fue la cantidad de gente sola, en familia o en pareja. Los hits me parece que fueron dos: ¨el que no salta es de Clarín¨ y ¨andata Cobos la puta que te pario¨.
A esos de las 21 decidí irme pero antes me encontré con mi hermano Ariel, uno de los tantos votantes de Proyecto Sur a los que Pino dejó plantados con su ingreso en el Grupo A. Me dijo que media facultad de Filosofía y Letras estaba en esa marcha. Nos preguntamos si la supuesta pérdida de la clase media por parte del kirchnerismo tenía la magnitud que los medios nos quieren hacer creer. Me despedí de él pero la cosa no terminó ahí, ya en el subte B, mientras colgaba en el mapa de las estaciones uno de los tantos volantes que recibí contra Clarín, me llamó un muchacho que estaba sentado y me muestra el Libro Azul y Blanco de Perón. Específicamente me mostró los antecedentes de la familia Noble, que no se componía sólo del fundador de Clarín sino también de su hermano Julio, otro dirigente de la elite conservadora. Es así que me fui hablando de política con el amigo desconocido hasta la estación Malabia donde me tuve que bajar. Las piernas pesaban y el estómago reclamaba así que me tomé pronto el 110 y me fui a casa

4 comentarios:

Unknown dijo...

Cuan importante es estar en la calle!
me gustó el escrito!

saludos

Adal

Unknown dijo...

Mirá, yo estaba en Rosario y no pude dejar de acercarme hasta el Monumento a la bandera, no conocía a nadie, pero eso no me impidió cantar a los gritos "Clarín Magnetto, devuelvan a los nietos" entre otros cánticos, ni dejar de hablar con gente suelta, en su gran mayoría, que arta del monopolio de desinformación, fueron a dar su apoyo y a disfrutar de la fiesta, que es manifestarse y alegrarse por sus ideales.

Agencia Popular de Comunicación Suramericana dijo...

Sería interesante hacer una historia de la familia para conocer las raíces del grupo.
Un abrazo.
JORGE

Eduardo de B.V. dijo...

Como nace CLARÍN



Mi abuelo, José María Rosa (Tío Pepe para sus nietos, porque el viejo, viudo desde 1918 debió habernos impuesto el "tío", que desplazaba el incómodo "abuelo"), era imprentero.

Su imprenta quedaba en pleno centro y era un edificio construido en 1780, ya tirado abajo.

Tenía - para mis ocho años – una altísima escalera para acceder a las oficinas (abajo estaban las fabulosa linotipias, donde los obreros gráficos nos hacían sellitos de plomo con nuestro nombre).

En esa imprenta se imprimía todo los que los clientes pedían, sin cuestionamientos ideológicos. - Incluso una revista de aventuras, de la que salieron tres o cuatro números redactadas por mi padre y un amigo a los 13 años - .

Uno de esos clientes fue durante un par de meses el diario "El Pampero", tenido por partidario del eje. Eso hizo que mi abuelo fuese incluido en la "lista negra" de la embajada norteamericana; chantaje "democrático" que se contagiaba a todos los clientes que se atrevieran a comerciar con el "marcado".

Cuando la revolución del 43 Rawson incluyó a mi abuelo como ministro de hacienda, cosa que por lo antedicho fue cuestionado por la diplomacia yanqui y se dice que eso fue la causa para que Rawson, al no aceptar la presión, renunciara. No tengo confirmación de eso más que una carta circular de Jauretche a FORJA citando el caso.

La anécdota es esta:

Un día subió la larga escalera un personaje y le propuso a mi abuelo sacarlo de la lista negra mediante el pago de unos pesos, ya que tenía "influencias" que permitían hacerlo. Era uno de los Noble (Julio o Roberto).

Mi abuelo lo sacó a empujones y lo tiró por la mítica "altísima" escalera.

Así hicieron los Noble la plata para iniciar "Clarín".

Lo que se hereda no se hurta.