A Venezuela no la incluyen ni siquiera para coordinar
acciones contra el coronavirus, sin embargo, la falta de apoyo continental no
logró derribar al gobierno de Maduro, que sobrevivió a un colapso que, hace un
año atrás, parecía cuestión de horas.
Es evidente
que el equipo de Trump interpreta que un ataque directo a Venezuela no le
retribuye en su carrera electoral, por eso, Juan Guaidó naufraga en las
internas de una oposición dividida que ya no logra las movilizaciones
multitudinarias que convocaba hace apenas un año. Los archivos no perdonan a
una oposición venezolana que no consigue un liderazgo convocante y que encarne
una opción de poder posible.
La
situación económica no ha mejorado mucho pero se ha estabilizado en un
equilibrio precario, donde las autoridades gubernamentales hacen la vista gorda
ante la dolarización de hecho que ha sufrido la economía. Es por eso, que las tiendas
tienen productos importados que han vuelto a las góndolas venezolanas, después
de una larga ausencia. Pero son accesibles sólo para los que tienen dólares
Pero
así como les sucede al resto de los países del planeta, el presente y el futuro
son más inciertos que antes, ya que el coronavirus afecta a todas las economías
y especialmente a Venezuela, envuelta, además. en la disputa petrolera entre
Rusia y Arabia Saudita, que derribó el precio del barril del petróleo,
principal comodity del país caribeño.
A los
negros nubarrones, se le suman las elecciones parlamentarias de este año, que
definirán la conformación de un poder legislativo que se transformó en bastión
de la oposición, lo que cuestiona la calificación de dictadura al gobierno de
Maduro, ya que no hay muchos casos en la historia de nuestro planeta en el que
un dictador avale la presencia de un parlamento opositor.
Tan
incierto como la deriva de la pandemia, la historia de Venezuela juega este
año, cartas que definirán el futuro inmediato de su pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario