Ya instalada por completo en la superficie de nuestro planeta, la pandemia, y sus diversas formas
de combatirla, ya permiten extraer algunas conclusiones sobre el funcionamiento
de los distintos sistemas políticos frente a un fenómeno que tomó por sorpresa
a todos los países del mundo.
En este
caso nos enfocaremos en el funcionamiento federal de algunos gobiernos. Es
decir, al diverso grado de protagonismo de los distintos gobernadores en
Estados Unidos, Brasil y Argentina.
Hasta
hoy, el país con más muertes provocadas por el Coronavirus es Estados
Unidos. El tardío reconocimiento de
Trump de los peligros de esta pandemia, provocó un avance mortal y fulminante.
Esta demora, fue advertida por varios de los gobernadores de los distintos
estados, que resolvieron avanzar sin esperar al Ejecutivo nacional. En forma
anárquica, algunos mandatarios cerraron pronto la actividad, pero otras las
reabrieron antes que el resto, como sucedió en el Estado de Florida. Es así que
vimos las imágenes de unas playas de Miami colmadas de gente.
En el
caso de Brasil, Bolsonaro ni siquiera hizo un reconocimiento tardío de la
situación. Por el contrario, al día de hoy sigue negando la letalidad de la
pandemia. Si bien tardaron en
reaccionar, los gobernadores estaduales hicieron frente común y resolvieron
tomar el combate contra la pandemia en sus manos. La mayoría de las medidas más
restrictivas las tomaron ellos, aunque no llegaron a tiempo de evitar que
Brasil se transformara en el epicentro de la pandemia en América latina.
Por
último, el presidente argentino, sabedor de estar al frente de un estado
debilitado, decidió embarcar a todo el país en la pelea contra la pandemia.
Así, no solo se puso al frente, sino que actuó en conjunto con los
gobernadores, sin diferenciar por pertenencia política. A su vez, los
mandatarios dieron un rol importante a los distintos intendentes de cada
localidad. De esta manera, Argentina fue dañada en menor medida, que sus socios americanos.
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