De la mano de los dos países más grandes del pacto
sudamericano, las leyes previsionales y laborales quedaron en medio de una
fuerte ofensiva para ser modificadas a favor de los empresarios, lo que
significa que los trabajadores quedarán en clara desventaja frente a un avance
neoliberal que elimina derechos adquiridos hace décadas.
No es
casual el apoyo explícito de Bolsonaro a su par argentino y la obvia
retribución de Mauricio Macri. Ambos mandatarios reportan al Fondo Monetario
Internacional, que se instaló nuevamente en nuestras comarcas para depredar los
derechos de los trabajadores.
Es así,
que casi en simultáneo, avanzan leyes que limitarán y, algunos casos,
eliminarán derechos adquiridos. En el país carioca, el gobierno está por
anotarse su primer triunfo, con la aprobación de la nueva ley previsional. La
nueva norma eleva la edad jubilatoria mínima y eleva los años de aportes. Los
economistas del gobierno creen que esto les permitirá ahorrar 300 mil millones
de dólares en diez años. El propio Bolsonaro admitió que para lograr la
cantidad de votos necesaria, hizo un claro reparto de dinero para convencer a
los legisladores ¨remisos¨ a levantar la mano.
En la
Argentina, si bien la etapa electoral impide la sanción de normas polémicas,
los propios empresarios macristas han logrado instalar en la agenda mediática,
la supuesta necesidad de reformar las leyes laborales para que sea mucho más
sencillo, y barato despedir a los trabajadores.
Un globo de ensayo que si bien provocará resistencias, puede ser
negociado con los sindicalistas complacientes, con más posibilidades de
aprobarse si Mauricio Macri logra su reelección.
El
escenario está planteado sin disimulo y los gobiernos confían en sus recursos
para consolidar el avance neoliberal de este último lustro. Un período que será
recordado por los trabajadores, por el retroceso en las leyes que ampararon sus
derechos.
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