lunes, 6 de mayo de 2019

Los Wikileaks y la hipocresía de la liberta de prensa


La excusa más habitual del intervencionismo yanqui, es la defensa de los valores democráticos. Y dentro de esos valores, brilla siempre la libertad de prensa como baluarte del Occidente liberal frente a la barbarie de otras regiones del mundo. Claro que cuando rasgamos apenas la superficie de este principio, vemos que enseguida tambalea, presa de los intereses de los bloques dominantes que no aceptan que se visibilicen sus prácticas oscuras
Asistimos a una escenificación clara de esta contradicción. Un gobierno servil como el ecuatoriano, hizo lo que sus patrones esperaban de él: levantó la inmunidad diplomática de Julian Assange quien espera ahora el castigo por mostrar el lado oscuro de los intereses cruzados de empresarios, gobiernos y periodistas.
Mientras en la Argentina asistimos impávidos a las revelaciones que involucran a fiscales, periodistas y ex policías devenidos en servicios de inteligencia, en el mundo asistimos a la persecución de una organización que se esforzó en mostrarnos a los ciudadanos de a pie, como se cocinan en secreto, tramas que tarde o temprano incidirán en nuestras vidas.
La red de Wikileaks reveló desde su nacimiento, más de 10 millones de documentos, que involucraron a dirigentes políticos sin direccionar esa información por el prisma de las pertenencias partidarias. Supimos así de las presencias habituales de dirigentes argentinos en la embajada norteamericana, a la espera de instrucciones o de ser evaluados, como vasallos de una autoridad que estaba más allá de nuestras fronteras.
En una época donde dominan los fake news, la prisión de Julian Assange es coherente con la decadencia de la libertad de prensa, un término que los hipócritas arrojan sobre sus enemigos externos, pero que generalmente no cumplen en sus propias tierras. Más ávidos por llenar sus bolsillos que por tratar que los pueblos estén bien informados.

No hay comentarios: