Mientras los medios del mundo discuten quién será el próximo
ocupante de la Casa Blanca, el conflicto en Siria escala en violencia y vuelve a poner frente a frente a dos viejos
rivales: Rusia y Estados Unidos.
Pese a
sus payasadas autoritarias, no se equivoca Donald Trump cuando acusa al partido
Demócrata por la violencia creciente en Medio Oriente. Pese al éxito inicial que constituyó el pacto
con Irán, son muchas las evidencias que el ISIS nunca se hubiese desarrollado
sin el apoyo, o por lo menos con la
vista gorda, de la política exterior norteamericana que en su momento fue
comandada por la actual candidata a Presidente.
Acostumbrados
a un escenario internacional que después de la caída del Muro de Berlín era
unipolar, el resurgimiento de Rusia modificó el panorama y ahora los yanquis ya
no están tan solos. Con un Presidente como Putin, que parece no estar
dispuestos a dejarse atropellar, Rusia discute palmo a palmo por la
independencia de Siria, y es el artífice principal de la permanencia de Bashar
al Asad en el poder. Pero tampoco
estamos ante un escenario bipolar: tercia en este reparto China, que si bien
conserva su perfil independiente, en el caso de Siria está más cerca de los
rusos que de los norteamericanos.
Frente
a este panorama, el resultado de las elecciones en Estados Unidos cobra una
importancia vital. Todo el establishment
mundial y no pocos intelectuales latinoamericanos de izquierda, apuestan por el
triunfo de Hilary Clinton, sin darse cuenta que esto probablemente lleve a una
profundización de la violencia en Medio Oriente, de la mano de un partido que
ya mostró cual es su política: crear monstruos para combatir a quienes se
oponen a sus intereses.
Donald
Trump. en cambio, ya propuso actuar en conjunto con los rusos, lo que parece si
n duda ser lo más racional, pero su impresentable perfil y la sucesión de
escándalos hace difícil su llegada al poder y si por alguna de esas
casualidades ganara, alumbraría un gobierno débil y cuestionado. Gruesos nubarrones que no presagian nada
bueno se ciernen en el horizonte cercano.
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