Azorados asistimos a los atentados en la capital
francesa, sorprendentes y violentos, que
nos dejaron a todos, inclusive a los que
no vivimos en Francia, en un estado de incertidumbre y temor. Sin embargo, para
quienes están en el tema del seguimiento al terrorismo, nada de lo sucedió fue
sorpresivo, por el contrario, podría decirse que todo era previsible y sólo
faltaba esperar el momento y el lugar.
Es que los propios mercenarios de ISIS vienen proclamando en
las redes sociales que miles de ellos viajaron a Europa aprovechando la ola de
inmigrantes que vienen escapando de las guerras en Oriente Medio. Teniendo en
cuenta lo que gastan los países occidentales en seguridad e inteligencia, es
poco creíble el argumento de que el atentado sorprendió a las autoridades
francesas.
Si todo esto se sabía, el interrogante que surge
espontáneamente es porque motivo no se tomaron las medidas para evitarlo. Una
respuesta posible es incómoda pero no descabellada: tal vez se deseaba un
atentado que justificara la posterior adopción de medidas represivas y bélicas,
que en este caso contarán con el apoyo mayoritario de la población. En un
ambiente pacífico, este tipo de medidas serían insostenibles e impopulares.
Ahora los franceses tendrán su propia Acta Patriótica, similar a la alumbrada
por Bush en Estados Unidos después del atentado a las Torres Gemelas
Ahora Francia tiene carta blanca tanto de su pueblo como de
la comunidad internacional para intervenir bélicamente en Oriente Medio. Los
bombardeos ya empezaron y se suman a los proyectos de sumir a esa región en el
caos, favoreciendo los intereses de las potencias occidentales y prolongando la
guerra en esa región indefinidamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario