domingo, 19 de octubre de 2014

Bolivia se transforma en el faro de América latina

Frente a un recambio presidencial  que asoma complicado para las democracias progresistas que predominaron en la última década en América Latina, el rotundo triunfo de Evo Morales le da una luz de esperanza a todo el continente, y demuestra que con políticas inclusivas se puede crecer a altas tasas y revertir siglos de atraso.
            Curiosamente, los medios hegemónicos que sostienen una ofensiva constante contra Venezuela, Argentina y Brasil, cambiaron de raíz su discurso y hasta ponen a Bolivia de ejemplo a seguir. Lejos están los días en los que Evo Morales era atacado por todos los frentes y su poder tambaleaba.
            La clave para que perdure el  modelo encarnado por el MAS boliviano, es que por fin, después de casi toda una historia de entrega al capital foráneo, el movimiento político gobernante se apropió de las regalías que producen los productos hidrocarburíferos y mineros y los usó en beneficio de su pueblo. La renta dejó de pertenecer a unas pocas familias y se distribuyó con criterio popular y sin por eso descuidar los números estatales.
            Es así que el crecimiento económico del período comandado por Morales se vio acompañado de un nivel récord de acumulación de reservas monetarias, y de superávit económico. Además, Bolivia consiguió crédito internacional a tasas bajas para dedicar a obras de infraestructura.
             Pero esto no se hizo con herramientas económicas ortodoxas, por el contrario, Evo Morales modificó la ley de entidades financieras y distribuyó crédito para la vivienda entre sectores sociales que antes ni soñaban con esto.

            Es verdad que cada país tiene su realidad económica y resulta muy difícil extrapolar los modelos de un lugar a otro, pero tal vez se pueda tomar de ejemplo esta voluntad boliviana de apropiarse de la mayor parte de la renta y distribuirla con criterios populares.