miércoles, 26 de mayo de 2010

jueves, 20 de mayo de 2010

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sábado, 15 de mayo de 2010

EUROPA CAE EN LA TRAMPA DEL AJUSTE

Como si la experiencia Argentina y Latinoamericana no hubiesen servido de aprendizaje, los países europeos en crisis han decidido llevar adelante un programa de ajuste fiscal, que en vez de solucionar los problemas económicos, profundiza la crisis social y hunde a Grecia, España y Portugal, en un abismo de fondo incierto.
Los argentinos no necesitamos ir a ninguna universidad para graduarnos en expertos en crisis. Vivimos desde 1976 hasta 2001 bajo las reglas del neoliberalismo impuesto por los Chicago boys norteamericanos a todos los países de su patio trasero. El inicial trabajo de destrucción que inició el ahora preso Martínez de Hoz, fue profundizado por Menem y terminó estallando durante el gobierno de De la Rúa.
En la actualidad la mayoría de los países latinoamericanos descartaron los planes de ajuste del FMI y llevan adelante políticas económicas no tan sujetadas al control norteamericano. Por supuesto que cada uno de los países tiene graves problemas sin solucionar, pero vienen zafando de la crisis mundial sin los tremendos temblores que ésta provoca en Europa.
La Unión Europea, pese a los siglos de rica cultura occidental, se encierra en una ceguera histórica y prefiere desconocer la experiencia americana. Pero esto no se debe a la fatalidad ni a la ignorancia, sino a que los popes de los países europeos y al FMI les conviene recrear el casino financiero de los salvatajes para recibir con una mano lo que entregan con la otra.
Los medios de comunicación presentan a los paquetes de rescate financiero como la única solución para evitar el colapso del viejo continente. Pero esto discurso oculta en que consiste y que provocan las nuevas medidas económicas. Es así que las medidas de ajuste, que recortarán los salarios y los beneficios sociales de los trabajadores, contraerán más la economía de los países afectados lo que impedirá que el PBI crezca y que se generen divisas para pagar las deudas. Además, el dinero recibido por el rescate será destinado a pagar las deudas que, en el caso de Grecia, tiene con sus acreedores que justamente son los principales bancos alemanes y franceses, por lo que el dinero que ingresa por un lado sale por el otro. Es evidente que la solidaridad europea es una farsa destinada a proteger las ganancias de los agentes financieros.
Los argentinos recordamos que durante el gobierno de De la Rúa se llevó a cabo un fuerte ajuste de los salarios de los trabajadores estatales y de las jubilaciones. También se implementó un plan de rescate financiero denominado Megacanje, que no sólo no contribuyó a disminuir la deuda externa sino que encima hundió aún más a una economía que ya estaba sumida en la recesión.
Pese a pertenecer al primer mundo, el destino de los países europeos que pusieron en marcha el ajuste no parece diferir de la experiencia argentina de 2001. Protesta social, crecimiento de la desocupación y la desesperanza esparcida en todos los estamentos sociales, fueron el pan de los argentinos en esos tristes años y ahora forman parte de la cotidianeidad de griegos, portugueses y españoles.
Falta ahora que los pueblos europeos y sus dirigentes tomen conciencia del engaño y la tragedia que llevan implícitos estos planes de ajuste y que se sacudan las ataduras de los centros financieros internacionales, que pregonan sus discursos solidarios pero que sólo buscan que las divisas que producen los trabajadores no dejen de ingresar en sus insaciables arcas.